Para la protagonista de mi desprecio.
La de piel pálida y suave.
La de rosados labios con dulce sabor a tentación. Brillo en los ojos de pecado cometido y oculto erotismo. Sensual belleza impuesta en un majestuoso perfil de finos rasgos. Largos caireles marrones cayendo por sobre sus clavículas, pidiendo a gritos, ser marcadas. Sonrisa traviesa, que me nubla la conciencia y libera suspiros soñadores. Inteligente estratega, dejándome desarmada y derrotada en un suelo con rotos cristales, y yo, ando descalza. Caderas rebosantes de estilo que se mueven al compás del corazón.
Un vestido rojo sangre, acentuando las veces que morí y reviví ahogada en el sudor, asfixiada en el dolor de un pecho punzante. Derramadas gotas de tormento han mojado mis cobijas las mismas veces que ella se ha metido en una cama ajena. Y cuando lo recuerdo, tomo el cuchillo del olvido y lo encajo en mi antebrazo, derramando coloreadas penas, anhelando que algún día, preferiblemente en el otoño, las hojas caigan y adornen la piedra que lleva mi nombre, y el dolor, por fin, se disipe.
Es ya ese pensamiento el único que me brinda tranquilidad. Es la crueldad del saber; de la experiencia.
La belleza del sufrimiento humano.
Claro, que ella no lo entendería.
Sólo me queda esperar que tal diosa se apiade de mí cuando yo programe la hora de mi partida, y que lleve entre sus brazos el alma de quien tanto la ha amado y admirado desde lejos.
Mi queridísima Afrodita.
/(S
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PDAP
Поэзия𝕻𝖔𝖊𝖙𝖆 𝕯𝖊𝖘𝖈𝖗𝖎𝖇𝖊 𝖆 𝕻𝖔𝖊𝖙𝖆: Para aquellos que les falta voluntad para respirar: no vale la pena. ¿Pero cuándo nos ha importado eso? Imagen de portada original: Magritte, "Intentando lo imposible", (1928).