CAPITULO 15: Los Trümper

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- ¿No crees que hubiera sido mejor llamar a Jörg apenas aterrizamos? Así no tendríamos que ir hasta su mansión para saber en dónde esta nuestro hijo.

- Ya intenté llamar, pero su móvil está apagado. – respondió Gordon con molestia, mientras subía al auto que habían pedido los esperara ahí a su llegada a Berlín.


Ambos tenían prisa para llegar de una vez al lado de Bill. Una de las razones era para saber en qué estado se encontraba su único hijo. Y por otro lado, también quería averiguar qué era lo que había estado pasando con él durante esos meses de separación. Se les hacía extraño que de la noche a la mañana se vinieran a enterar que su único hijo y heredero estuviera en una relación con un hombre casado y que además era la misma persona que lo había despreciado el día de su boda. Y como si eso no fuera bastante, también se venían a enterar que su hijo estaba esperando un bebé. Un bebé con dicho hombre casado.

Un niño bastardo.

Como un padre que amaba a su hijo, a Gordon le dolía imaginar la posición tan humillante en que Bill se encontraba. Pero su parte racional, o irracional, según se viera, no podía dejar pasar por alto esta trasgresión. Debía averiguar por qué su hijo había cedido ante los avances de Tom y de ser posible obligarlo a irse con ellos y deshacerse de esa criatura. Ya luego ellos se ocuparían de casarlo con alguien digno de él y que no le echara en cara la perdida de su virginidad.

- ¿Gordon? Ya llegamos. – le susurró Simone a su marido. El hombre, miró por la ventana y se sorprendió al ver que efectivamente, habían llegado a la mansión Kaulitz. Había estado tan metido en sus pensamientos que no se había dado cuenta del pasar del tiempo.

Una vez que el auto estacionó frente a la puerta principal, varios de los empleados de la mansión salieron a recibirlos. Entre ellos estaba David Jost, asistente de Jörg. Se acercó a la pareja y los saludó con educación.

- ¿Está Jörg? – preguntó de inmediato Gordon.

- En estos momentos, el señor y la señora Kaulitz se encuentran en el hospital con sus hijos.

- ¿Sabe algo de mi hijo? – preguntó Simone.

- Lo siento. Su estado aun es delicado, pero no sé mucho.

Los padres de Bill asintieron y luego de que el asistente les diera la dirección, partieron directo para el hospital. Llegaron relativamente rápido y cuando se dieron cuenta ya estaban pidiendo informes y luego de eso ya estaban en el tercer piso, que era en donde se encontraba su hijo.

- Gordon. – dijo Jörg, levantándose de su silla apenas notó que llegada su amigo. Pero por la expresión en su rostro no sabía si Gordon estaba o no molesto.

- Jörg. ¿Quieres explicarme qué demonios ha estado pasando con mi hijo? – le preguntó sin siquiera dignarse a saludarlo. Toda la rabia que había llevado guardada desde el día anterior había salido por fin y sabía que no iba a calmarse hasta obtener las respuestas que deseaba.

- Cálmate, Gordon. – le pidió Simone, tomándolo de la mano. A pesar que ella también estaba bastante fastidiada con la situación, no deseaba armar un escándalo que terminara con ellos siendo echados del hospital. Afortunadamente, su esposo la escuchó y bajó su tono de voz, pero era claro que aun estaba furioso.

- Dime todo lo que ha pasado.

- Gordon...

- Dímelo, Jörg. Creo que merecemos una explicación luego de cómo han humillado a nuestro hijo.

- ¿Humillado? – preguntó Diane, ofendida. ¿Qué estaba intentando decir Gordon?

- Si, humillado. Su hijo ha convertido al nuestro en su zorra y además lo ha embarazado. ¿O acaso eso les parece poco?

Siempre Estaré Junto A TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora