Capítulo 11: Limerencia

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Seguidamente podía notar que, Jack se paraba en frente a la casa de Sandra sin decir nada, al lado de un poste de luz pareciendo esperar verla por la ventana... pareciendo. Jamás sabía lo que él pensaba. Todo esto sucedía en la noche, apenas cuando regresaba a casa hasta parecía que él se sabía su horario.

Digamos que, desde lo ocurrido, nadie quiso hablar sobre el tema, ni Leia, era extraño de su parte ya que ella suele ser más curiosa que Sandra y (TN) juntas. 

[...]

Ya casi en la madrugada (TN) cogió los libros y se dispuso a regresar a casa de Sandra. Pensó - "No he visitado a papá hace más de 1 mes..." - Rápidamente (TN) se sintió algo nostálgica, llegando a pensar que era una hija ingrata. 

Llegando a casa, (TN) ordenó sus cosas para el día siguiente, luego se asomó sutilmente por la ventana esperando a poder verlo como siempre, al lado de ese poste de luz, pero no estaba, ¿acaso se había escondido mucho más rápido? Mientras que por otro lado Jack la miraba desde un lugar mucho más oscuro, ya sabía el porqué ella se asomaba de esa forma.

Rápidamente pasaron los días luego de que Jack encontrara su nuevo escondite. Ya era fin de semana y (TN) iba pensativa al hospital, teniendo en mente las cosas que le habían sucedido esa misma noche del beso; sus labios se humedecían y a la vez su rostro tomaba un rubor natural muy bien acomodado de mismo modo que sus ojos tenían un brillo de ilusión, ya habíamos perdido a (TN), definitivamente. Eran aproximadamente las 2:00 p.m de la tarde, si era posible su visita a su padre duraría tanto como ella quisiera.

Así pasaron las horas, su padre se encontraba gustoso de poder ver a su hija y más aún de que lo haya recordado además de haber tenido la preocupación de cómo se encontraba, pero, aún así su padre estaba algo preocupado, si las cosas continuaban así tenía la visión de poder morir justo antes de ver a su hija toda hecha una mujer, aunque esto no era por lo que se esforzaba (TN) a ser.

-Narra (TN)-

Me encontraba más perdida de lo común entre mis pensamientos. Me alegraba de ver a mi padre, pero también pensaba con ansias el siguiente encuentro con Jack... de escuchar su voz en tono cascado decirme miles de razones del porqué aquel beso, aunque ya creo saberlos, solo necesito que él me los diga.

Pasaron así las horas hasta llegar la noche, despedí a mi padre para regresar a la casa de Sandra, en donde me "resigné" a vivir, aunque suena un tanto gracioso y penoso decirlo así, no tenía más opción, mi casa se había vuelto un tipo de museo para detectives y curiosos. Aún así, sentía algo, una sensación en mi pecho a medida que regresaba, algo que se intensificaba a medida que me acercaba a la casa, como un presentimiento; Era raro en mí, no era creyente de cosas así, no del todo(Ya sabía de la existencia de fantasmas).

Abrí la puerta luego de media hora, saludé a Sandra, inmediatamente ella me dijo que Leia estaba en su cuarto al darse cuenta que la buscaba con la mirada. Me sentía realmente cansada y al parecer iría a mi cama para dormir apenas entre a mi habitación, pero, al abrir la puerta, Jack estaba ahí:

Se encontraba sentado, con las piernas cruzadas y la cara "mirando" hacia el suelo, como alguien con ataque de depresión, encendí la luz entonces como reacción él puso la mirada hacia mi. Me quedé quieta y cerré la puerta lentamente; Fue cuando lo miraba directamente en sus cuencas, rápidamente antes de que pudiera pronunciar alguna palabra Jack dio empiezo a la conversación:

- Quiero hablar contigo.

Dijo de una forma tan seria, que hasta parecía que fuera a darme malas noticias, asentí con la cabeza y me acerqué a él de forma lenta, aprovechando para dejar algunas cosas en el escritorio:

-Dime, qué quieres decirme, Jack. - Tragué saliva y me senté a su lado en forma fetal, algo tímida esperando su respuesta.

- yo de verdad...-

No sé porque suspiré de una forma muy pesimista en ese momento, fue una estupidez mía hasta que él mismo me tomó del rostro y puso sus dedos justo por mis mejillas; Agregó:

- Deja que termine. 

Jack tomó mis manos y las puso en sus labios, estaba serio, a la vez tenía un gesto muy cálido el cual me llenaba de confianza.

-Yo siento que algún día te dejaré y es muy difícil para mí ya que yo te amo - Dijo este en un respiro, sin titubeos. Sentí entonces, cómo es que mi alrededor se consumía en el silencio, ¿qué fue aquella aclaración? ¿por qué dijo eso?

-Jack, no entiendo, ¿por qué dices esto?- Le pregunté esperando quitarme la duda.

-Todo este tiempo que estaba observándote... sé que suena muy ilógico, me di cuenta que no todas las personas son iguales. Algunos son tan extraños, otros son tan simples... Cuando quieren ser niños son adultos y cuando son niños quieren ser adultos... hay gente que se preocupa por los demás antes que por si mismos... otros que se encierran en su mente...

-Jack, por favor, dímelo directamente...

-Eres la persona más especial que pude conocer, con tus defectos y valores... aún así lo eres para mi y no quiero perderte jamás, no quiero hacerlo pero... es inevitable. 

 -Jack, ¿de qué hablas? - Mi confusión era más grande aún, ¿por qué decía esas cosas? ¿por qué se iría si me amaba...? No entiendo nada.

-Por favor date cuenta tí misma. 

En ese instante sus manos tomaron mi rostro completo, tratando de acercarlo al suyo de una forma delicada, sin tratar de obligarme; Me incliné hacia él, entonces lo besé, fueron los diez segundos más bellos de mi vida, de mi corta vida; Al rededor de unos segundos después, me alejé de él, me miraba de una forma cálida aún, llevó sus manos hasta sus cabellos y se sacó su máscara, aún en silencio, luego me la entregó:

-Esto es para ti, conservarla.

Vi entonces por primera vez una sonrisa tierna de su parte, algo tan bello que me inspiró a un poema, el poema perfecto para mí... sentía cómo mi sonrisa también se formaba, que estaba en un mundo único, solo con él entre el silencio abismal de un cuarto que a mi parecer no tenía paredes, fue cuando traté de darle un beso nuevamente, él me detuvo y dijo:

-Esta máscara es como mi corazón... tan vieja y desgastada... ahora te la regalo a ti, espero que la cuides desde ahora y siempre, así como yo haré contigo, (TN) - Sonrió. - No tengo porqué hacerte daño.

Tan rápido como terminó de decir aquellas palabras, me cerró los ojos con sus dedos suavemente, no me opuse...

[...]

Cuando los abrí, ya era de día, desconcertada miré a todos lados dándome cuenta que no fue un sueño, la máscara estaba ahí... 










|Coleccionista| Eyeless Jack y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora