CAPÍTULO 5

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El puma saco una botella vacía de su mochila, se le veía preparado.

Mientras los demás hacían el círculo, le pregunté casi en susurro.

- ¿Qué fue ese guiño de hace un rato? - pregunte nervioso.

- Pues como dije ayer, tengo un plan para aclarar tus dudas - dijo mientras me daba la espalda, dejándome hablando sólo.

Al principio al que le tocaba el lado de la base de la botella, preguntaba o ponía un reto al que le tocaba el lado de la boquilla de la misma.

Así estuvimos un rato, hasta que empezaron a hablar de cantos, bailes y abrazos, esto iba subiendo de intensidad poco a poco.

Aunque estábamos sentados en el mismo lugar, la botella no caía a los mismos integrantes, eso nos ponía en suspenso, ya que no era tan repetitivo.

El puma, es el que se estaba apoderando del juego, y ahora, antes de girar la botella, ya tenían un reto preestablecido.

- Al que le toque, abrazo - aclaró el puma, este mismo la giro, y le tocó al rubio y a esa chica peliplata.

Eso me molesto un poco, pero traté de disimular ante los demás.

- Ah, así que chiste - interrumpió la chica angelical - si ellos son hermanos -

Hermanos. Hermanos. Hermanos.

Esa palabra retumbó en mis oídos, haciéndome sentir muy bien, cómo si un gran peso de encima se desvaneciera de mi; no sabía si en realidad esta era la duda a la que se refería el puma, pero ví que mis amigos estaban tan perplejos cómo yo.

Nunca lo hubiera imaginado, eran tan distintos, inclusive en el color de cabello, pero podía decirse que los celos desaparecieron, ¿de qué?, no sé, pero ese pequeño disgusto que sentía desapareció, incluso hasta mi estado de humor cambio drásticamente.

Cuando era el turno del puma, me intrigaba lo que fuera a decir, y esta vez aclaró.

- ¡Ya, ya! Ahora sí, beso al que le toque - los demás no se ponían de acuerdo - ¿vale?, que sean los últimos tres retos.

Todos accedieron preocupados, pero al fin lo entendí, el puma lo hizo para ver si el leopardo quería que le tocará con el rubio, esto se iba a poner interesante.

El ambiente se tornaba en suspenso, ya que el puma, no giraba la botella rápido, y sólo se ponía a hablar.

- Es al que le toque, ¡Esta claro! - nos volteaba a ver a todos, advirtiéndonos con sus garras - La parte de abajo marca al besador, y el lado puesto al besado, ¡ok!, no vallan a rajarse, sino, no se va nadie -

Su comentario nos hizo reír un poco, pero los nervios se apoderaban de todos, uno por uno, haciendo que se integraran más en el juego.

Además ya estaban advertidos de no irse, y cumplir esos retos a toda costa; los nervios se sentían en el aire, hasta que el oso soltó de repente.

- ¡Ya basta de habladurías!, No nos estés vacilando, gira la botella ¡ahora! - lo dijo un poco histérico.

- Está bien, conste que me presionan, porque yo iba... - lo interrumpimos a coro.

- ¡Tira ya! - dijimos enérgicamente.

- En realidad tengo que girarla,no tirar... - no lo dejo terminar de hablar el duende, arrebatándole la botella.

- ¡Ya basta!, Lo haré por ti - dijo el de aspecto de bruja, para después darle un leve zape en la cabeza y mirarlo con desaprobación al igual que los demás.

Giro la botella tan fuerte, que dio varias vueltas sin parecer detenerse, mientras tanto de reojo miraba al leopardo, pero este se veía a la par de todos nosotros.

Por fin dejó de dar vueltas, apuntando de un lado a...

Amor sin Sentido 3 (ChicoxChico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora