CAPÍTULO 8

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Nada más y nada menos que a la loba del gran moño y del otro lado al mismísimo engreído que tenía a todos en suspenso: el puma.

Todos le hicimos burla, porque fue al primero que lo besarían, la loba, no quería pero la convencieron sus amigos.

La loba se acerco un tanto dudosa hacia el puma, este sólo apretó los ojos, así que está aprovechó para darle un rápido beso en el hocico.

Todos les hacían burla, y después de tantas risas, sería el siguiente turno.

Mi amigo giro la botella, esta vez sin decir una sola palabra, y al terminar de girar, nos mostró a las siguientes víctimas: la chica peliplata y el ángel.

Todos empezaron a aludir a ambas, al mirar al ángel se veía un tanto asustada, en cuanto a la peliplata, la vi guiñándole un ojo a la otra chica, haciéndole una seña que no pude distiguir por la narizota del duende.

Al final, después de tanto drama, no paso nada, sólo un simple beso en el cachete, empezando a alegar automáticamente los demás.

- ¡Ay sí!, y porque a mi me hicieron besar a ese a la fuerza - dijo molesta la loba, señalando a mi amigo, el cual se desanimo un poco.

Mientras los demás les reclamaban, vi un poco triste al puma, eso que había dicho la hocicona hasta a mi me dolio; miré de reojo al leopardo, el cual, sólo disfrutaba de la discusión, burlándose en la cara del rubio, por lo que estaba sucediendo.

Entonces me di cuenta, que lo trataba al igual que a nosotros, deduciendo que en realidad si sentía sólo admiración hacia él, pero esto ya se estaba saliendo de control, no podía permitirlo.

- ¡Ya basta chicos!, es cierto hay que seguir las reglas del juego, pero el error fue no decir específicamente dónde - dije para llamar su atención y finalizar la discusión.

- Sí, ya mejor para la otra hay que decir bien donde - me apoyo el rubio, aunque tal vez lo hizo para salvar a su "hermana", aunque en realidad ésta palabra estaba siendo una de mis palabras favoritas.

- Bueno Ok, ¡Sí!, no dije específicamente dónde iba ser el beso, ya déjemoslo así - afirmó el puma, cambiando su tono de voz - Como dijo el rubio, diremos dónde específicamente, y ya como dice el ángel, en la boca no, para evitar disgustos - terminó de decir, volteando a ver un poco molesto a la loba, quien solo agachó la mirada.

- Chicos, no se enojen, estábamos jugando bien, ya mejor tiren o giren como se diga, para que podamos irnos, porque ya es un poco tarde - Dije para poder calmarlos, y terminar dichoso juego.

Al concluir el juego, todos, se preparaban para regresar a casa, miré al puma, recordando que lo había hecho sentir mal la loba, quería encararla por haber sido tan grosera con mi amigo.

Inmediatamente recordé que era a ésta a la que yo había hecho la maldad de tomar el cuaderno a escondidas, sintiéndome culpable, cambiando de opinión acerca de lo que haría.

Me alejé un tanto indeciso para que nadie oyera, tratando de llamar la atención de la loba.

Ya un poco más relajado y apartados de los demás, me dispuse a hablar.

- Oye... - intenté comenzar.

- Lo sé, me porté como una tonta, no quise decirle eso al puma, es sólo que mis amigos se pasaron de listos conmigo y perdí un poco el control... lo siento - se disculpo repentinamente la loba, se veía realmente arrepentida.

- Yo... también lo siento - tenía pensado decirle la vedad con respecto al cuaderno, pero ví de reojo, que se acercaban el puma y el rubio...

Amor sin Sentido 3 (ChicoxChico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora