Amor sin Sentido 3 (ChicoxChico)

CAPÍTULO 10

Mis amigos la trataban de convencer, yo en realidad no sabía que decir, pues no quería saber que se sentía estar ante aquella embarazosa situación.

Sin más la loba se adentro al centro del círculo, y con las mejillas un tanto encendidas, se acercó a el puma, quien sólo cerró los ojos para depositarle un casto beso en los labios.

La exaltación se hizo presente ante aquella situación tan adorable, mi amiga se separo, y se notaba en el puma un leve sonrojo, por lo que empezaron a hacerles burla, y después de unos segundos, que debieron haber sido eternos para aquellos mamíferos, pasamos a la siguiente ronda.

El puma tomó la botella y la giró, ahora sin tanto suspenso, tal vez porque éste mismo había aprendido en carne propia la lección.

La botella poco a poco dejaba de girar, señalando de un lado a Darling, y del otro a la chica angelical.

Los demás empezaron a gruñir, y yo, me quedé estupefacto, pero a Darling, se le veía de lo más normal.

Sólo nos quedamos contemplando esta sorprendente escena, mientras las dos se colocaban frente a frente.

Las dos cerraron los ojos lentamente, acercándose cada vez un poco más; nadie decía nada, todos estaban estáticos observando con mucha atención.

Era extraño, jamás imaginé que Darling, aceptaría esto tan fácilmente, miré detenidamente cada una de sus facciones en la cara,  hasta que vi como se le escapaba una pequeña risilla de la cara.

Darling le besó la mejilla, y la chica hizo lo mismo, haciendo que todos quedaron inconformes.

- ¡No, eso no se vale! - dijo el oso.

- ¡Eso es trampa, era en la boca! - gritó la guacamaya.

¡¿Qué?!, ¿mis propios amigos, esperaban que se besarán?, y yo con cara de, ¿Enserio?

- Dijeron beso, pero nunca en dónde - se defendió Darling.

- Sí, además en la boca no, ya es mucho - repuso la chica angelical.

- ¡Ay sí!, y porque a mi me hicieron besar a ese a la fuerza - dijo la loba señalando al puma.

Las dos acusadas, se quedaron calladas, sin saber como defenderse.

- ¡Jajaja! No me esperaba esto, esto se puso bueno, ¿verdad? - me dijo el leopardo, dándome un leve golpe en la espalda, sin parar de reír.

- ¡Ya basta chicos!, es cierto hay que seguir las reglas del juego, pero el error fue no decirlo específicamente - intervino el pelirrojo.

- Sí, ya mejor para la otra hay que decir bien dónde - pero que rayos dije, en realidad no era exactamente lo que quería decir.

Los felinos tranquilizaron a todos, para que mi amiga  girara la botella y dar por terminado el juego.

- Sí, es cierto ya es un poco tarde, que tal si esta vez que sea un beso en la nariz - apoyo la guacamaya, un poco más relajada para calmar a los demás.

Ya un poco más tranquilos, con la indicación de que sería un beso en la nariz, proseguimos el juego, aunque no se les veía muy animados.

La chica angelical giro la botella para poder irnos todos a casa, se detuvo señalando de un lado al pelirrojo, y del otro lado señalaba entre el leopardo y yo.

Obviamente yo no quería pasar con él (bueno conscientemente, creo yo no), poniéndome un tanto altanero.

Lo miraba de reojo, pero volteo hacía otro lado, sin decir nada.

Pero que le pasaba a ese tipo, pareciera que no se lo estaba tomando tan personal, tal vez cómo debía ser, pero en este caso, él sería el besador, tan siquiera una cara de disgusto no estaría mal, o algo, además sería mucho más conveniente que fuera con su amigo el leopardo...