Parte 16

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Cynthia Whitemour con Esther Mathinson y Ruth Leshenjer fuera del instituto

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Cynthia Whitemour con Esther Mathinson y Ruth Leshenjer fuera del instituto. (Disponible)

Ambas chicas se impresionaron cuando supe aquel nombre, así que rápidamente inventaba una excusa mientras Ruth me interrogaba.

-Si soy Ruth, ¿cómo lo sabes? Y...

-Bueno yo em...- pero me interrumpió intrigada.

-¿A que guardián te refieres?- Terminó finalmente Ruth.

Si le explico sobre los guardianes de los hechizos tenía posibilidades de que me ayuden a purificar los objetos de este pueblo.

-No quiero asustarte, pero los guardianes de hechizos son unos seres muy violentos y la mayoría peligrosos, custodian que los hechizos cumplan con su función y muchas veces ellos mismos hacen el trabajo que el hechizo debe cumplir. Solo debo darle con una de mis flechas donde esté alojado y el guardián será despojado de su lugar, si lo aniquilamos terminamos la purificación con un ritual... Lamentablemente no puedo hacerlo contigo, una flecha te mataría y perdería mi insignia de purificadora veterana, hasta quizás otras mas.-

Pero la otra chica, Esther, no me creía.

-¿Purificadora? No me hagas reír, eres una bruja que puede leer las mentes, ¿Porqué crees que te vamos a ayudar? Baja y seguimos donde lo dejemos.-

Este era mi momento, no quedaría como una bruja. Fingí reír lo mejor que pude.

-No, no leí sus mentes. ¿No son ustedes de este instituto también? Pues yo igual, el pueblo no es tan grande como para que no nos conozcamos, ¿a caso nunca han oído de mí? Pues soy muy buena en...

Pero Esther me interrumpió y nuevamente estaba en guardia, se había puesto en frente de Ruth pensando que le haría daño.

-No te fíes de una bruja, son muy inteligentes, no quiero que te hagan daño.-

No niego que perdía la paciencia, pero tendría que usar mi poder de luz para calmarla, así que desplegué mis alas, pero no las hice visibles, dentro de mi misión estaba muy en claro que no debía ser descubierta en la tierra, con mis alas abiertas al máximo aleteé una vez causando una brisa con plumas que acariciaban el rostro de ambas chicas, eso les llenaría el corazón de paz, entonces me acerqué a Esther.

-Los hermanos no se pelean, seamos de paz, pero fuertes contra nuestros enemigos, nosotras somos hermanas en este mundo, el enemigo se oculta como una serpiente en la oscuridad, es cobarde y a la vez es astuto y temerario, no les demos oportunidad gastando energías entre nosotras.-

-

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