Sinfonía de lluvia en abril ➵ FNAFHS. [Golddy's Fic]

VII. Fresa y dulce de leche

Y antes que nada... Capítulo dedicado a UnaFangirlFujoshiMas.

A Joy le gustaba mucho cantar.

No, más que eso. Le encantaba, por muchas razones que podía resumir en una lista de varios metros que seguramente duraría tres días en ser leída completa. Adoraba cantar porque le permitía dejar salir todas sus emociones sin hacerse daño a sí misma o hacerle daño a alguien. Adoraba cantar porque las letras de sus canciones le permitían expresar sus pensamientos a sus seres queridos sin necesidad de reflexionar mucho sobre ellos. Simplemente, las palabras salían solas. Adoraba cantar porque nada se comparaba a las expresiones de orgullo de su madre y Mangle, su mejor amiga, cuando alababan la dulzura de su voz. Adoraba cantar porque era una manera de relajar cada músculo de su cuerpo cuando estaba triste o tensa. Adoraba cantar por muchas razones, pero había una en particular que la empujaba más que nada.

Joy estaba consciente de que su voz era bonita. No es que fuera presumida. En realidad, en un principio no estaba demasiado segura de merecer todos los cumplidos que le soltaban sus familiares cuando cantaba. Cumplidos del estilo "Cantas como un ángel", "Alcanzas todas las notas", "Tienes la voz más dulce que he oído", y otras por el estilo que sólo lograban sacarle un buen sonrojo por la vergüenza. Nunca fue consciente realmente de la influencia que podía tener su voz sobre las personas hasta cierto día, a los cuatro años. Fue ese día cuando, inconscientemente, la voz de Joy hizo algo muy bueno, algo por lo que la niña, y, posteriormente, adolescente, se sentía muy feliz: sanó un corazón roto.

Fue a partir de entonces que Joy descubrió esa capacidad que su dulce voz tenía para hacer sentir bien a los demás mediante la música. Bastaba con una simple canción de medio minuto para que cualquier persona se sintiera mejor, sin importar el problema por el que estuviera pasando. En cuanto descubrió este pequeño talento oculto, no dudó en emplearlo en su vida diaria para cualquier cosa. Por ejemplo, cuando su madre estaba demasiado estresada porque las cosas en el hospital eran tensas, Joy siempre era la primera en ir corriendo a sentarse en su regazo en la sala de estar, mientras esta reposaba tranquilamente en su sillón favorito. Una vez acomodada en las rodillas de su madre, no dudaba en entonar su canción favorita, y sólo pasaban un par de segundos antes de que la mujer exhalara un suspiro de tranquilidad y apoyase su mejilla contra la de su hija, relajada. Cuando su padre regresaba cansado del trabajo, ella siempre se ofrecía a darle un masaje en el cuello mientras tarareaba y, de vez en cuando, cantaba en voz baja. Eran precisamente estos débiles sonidos los que hacían que su padre se quedara profundamente dormido al cabo de un segundo. Cuando sus primos lloraban porque se les caían los dulces al suelo o se raspaban las rodillas, bastaba con que la joven rubia se acercara y cantara mientras besaba sus mejillas la mejor canción de Disney que se le ocurriera para que estos volvieran a reír y jugar como locos.

Sí, Joy tenía un don cuando se trataba del canto. Mismo don que pensaba utilizar en ese instante, frente a ese grupo de cinco chicos y sus dos amigos.

Joy estaba consciente de que, quizás, sonó demasiado presumida al momento de ofrecerse para cantar en lugar de Mangle, pero no había otro modo. Sólo Bon y ella sabían que la voz de su amiga se cansaba mucho al cantar, y, por consiguiente, cuando lo hacía, debía pasar un buen rato para que pudiera hacerlo de nuevo. Eso no ayudaría mucho al ensayo que pensaban tener esa tarde, en casa de Joy. Si malgastaba su voz en una absurda competición contra esos chicos, tendría dificultades para entonar la canción que escogieran.

De modo que dio un paso al frente y, con la mirada todavía fija en los ojos celestes de ese chico con un sombrero con orejas de oso, lo que sólo incrementaba su aspecto tierno y adorable, y bajo la mirada fulminante de cierto rubio que se percató del intercambio silencioso entre esos dos, empezó a cantar.