IV. Los amigos son un prodigio

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Antes de nada... Capítulo editado dedicado a Moonchy_. Gracias por esperar hasta ahora. ^^~

Freddy estaba acostumbrado a las nuevas escuelas. Como por culpa de Fred se vio forzado a cambiar constantemente, siendo el chico nuevo en más de diez institutos a lo largo de su vida, lo que, para cualquier muchacho de su edad, era una cifra alarmante, podría decirse que estaba habituado a recibir las miradas de curiosidad de la gente mientras se abría camino por los pasillos y, a veces, tener que pasar al frente para decir siempre una especie de mini-discurso donde contaba cosas de él, pero dejando otras en suspenso. Fred, por ejemplo. Claro que al final siempre terminaban descubriéndolo, por lo que no servían de mucho sus intentos por parecer simpático y agradable.

Puesto que estaba tan habituado a llegar a un instituto nuevo, estar allí dos o tres semanas, que su secreto fuera descubierto y la gente empezara a tacharlo de rarito, antes incluso de que las cosas salieran a la luz él ya estaba preparando su próximo discurso para la nueva escuela. Una medida de precaución, lo llamaba. Aunque, si se fijaba bien, en realidad todos sus discursos eran básicamente las mismas palabras, con algunos detalles de más o de menos, que los diferenciaban del resto de presentaciones. En la mayoría hablaba de su amor por la música. No podía evitarlo; era como una parte de él. Fue en la música que solía refugiarse cuando era niño; en los suaves acordes de una guitarra acústica, en la voz melodiosa de cualquier cantante, en la letra de mil canciones repletas de mensajes que él intentaba aplicar a la vida real. La música era su escapatoria, su forma de expresarse. O, bueno, solía serlo, antes de lo que pasó. Desde entonces, no volvió a cantar, a pesar de que antes el canto era la única forma que conocía para dejar salir sus sentimientos sin que fuera demasiado obvio. Así él no se daría cuenta.

Incluso si, al final, sus precauciones no sirvieron de mucho.

El discurso que pronunciaría frente a su nueva clase esta vez no era demasiado largo ni organizado. Tenía planeado sólo contar lo justo, y poco más. Cosas como su nombre, su edad, su pasión por la música (lo único que no se atrevía a excluir de ninguna presentación) y ya. Fred permanecería como un secreto hasta que sus compañeros se enterasen... Si es que se enteraban. Porque Freddy una cosa tenía clara en el momento en que su madre lo inscribió en ese instituto: no permitiría que la existencia de Fred fuera descubierta. Tenía la oportunidad de empezar de cero en un lugar nuevo, uno que no se enteraría de los incidentes provocados por su otra personalidad en sus anteriores institutos. Donde por una vez no sería "Freddy Fazbear, el chico loco", sino simplemente "Freddy Fazbear". Fred no arruinaría eso. No arruinaría su oportunidad de volver a sentir esa calidez que sintió aquella tarde de abril, con el chico rubio. No arruinaría su oportunidad de sentir que alguien lo quería, de tener un amigo. Con uno solo se conformaba.

Five Night's At Freddy's High School era mucho más grande de lo que se había imaginado gracias a los folletos de Mike. Era un edificio de aproximadamente tres pisos, si lo comparaba con el enorme edificio de azulejos azules que había a un lado. Sus paredes estaban pintadas de color blanco, y no tenían ni un solo rayón. Y el patio era enorme. Grande, con el suelo color crema y, al igual que la pared, ni una sola mancha o rayón se podía vislumbrar en él. Eso lo convenció de que el director Cawthon era un hombre extremadamente meticuloso, limpio y ordenado. Eso significaba que tendría que asegurarse de no dejar tirada basura por ninguna parte, si no quería meterse en problemas. Por encima de las dos puertas de entrada, ambas corredizas, estaban las palabras "High School" en enormes letras plateadas. Alrededor se respiraba el ambiente típico de todo instituto, con el sonido de las charlas y risas de los estudiantes desde dentro, el aroma de la comida recién preparada de la cafetería e, incluso, Freddy creyó ver un grupo de cuatro chicos parados no muy lejos de allí, hablando. No los conocía, pero, a juzgar por la ropa que llevaban, y porque estaban completamente solos, Freddy supuso que eran los típicos "matones" que no podían faltar en cualquier instituto.

Sinfonía de lluvia en abril  ➵  FNAFHS. [Golddy's Fic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora