Todo el mundo sabe que no se debe salir a las peligrosas calles de California por la noche. En la noche, en el momento en que el sol comienza a ocultarse en el horizonte, es cuando las ratas se desatan por toda la ciudad y pillan al primer desafortunado que se encuentren para quitarle la cartera, el teléfono y unas cuantas joyas. Luego desaparecen tan rápido como llegan y lo único de lo que eres consciente es de tus bolsillos vacíos y las muñecas, cuellos y dedos desnudos. Además, la atmósfera de la ciudad en sí misma es para inspirar a cualquier escritor de un relato de terror. Altos edificios de colores claros que se alzan sobre tu cabeza, temblorosos, fantasmagóricos, como los efectos especiales de una muy buena película. La luz de las farolas titilando tímidamente, proporcionando el único atisbo de luz que podrás encontrar entre la oscuridad perpetua. Y silencio. Las calles de California, de noche, son muy silenciosas... Claro, a menos que las ratas sean descubiertas con las manos en la masa y el sonido de la policía llegando interrumpa.
El escenario resulta aún más aterrador cuando está lloviendo, pues el ambiente se torna más denso, frío y desagradable, y la única luz que se percibe es la del farol que está encima de tu cabeza.
Allí, en medio de las sombras, los edificios fantasma y la luz del farol que apenas alumbraba un cuadrado, se encontraba un chico.
A simple vista, el chico no llamaba mucho la atención. Un simple vagabundo para quien pasase al lado suyo, cosa que no harían, porque nadie más que ese chico estaba lo suficientemente loco para salir a la calle a esas horas. Sin embargo, como el muchacho no llevaba encima nada de valor, ni siquiera un celular, que las ratas pudieran quitarle, él realmente no se preocupaba mucho.
Tenía un aspecto gris y melancólico. Caminaba en medio de las frías gotas de lluvia que se colaban por su camisa, empapando su espalda, pero no le prestaba atención. No le prestaba atención a nada, en realidad, porque estaba demasiado sumido en sus pensamientos.
Llevaba puesta una sudadera gris bastante holgada, con el gorro fuera. Incluso eso. No sólo estaba fuera empapándose en la lluvia sin un paraguas, encima no llevaba puesto el gorro. Seguro su madre le daría un buen golpe con la chancla cuando tuviera que regresar a casa.
Llevaba una gorra verde cubriéndole gran parte del cabello, la cual llevaba sujeta en una coleta apretada. En medio de la chamarra y la gorra, se podía ver que su cabello era rubio dorado. Como tenía la mirada gacha, clavada en las puntas de sus tenis, no se notaba el color de sus ojos. Lo que sí se notaba era su piel blanca, sin llegar a ser pálida, y su cuerpo delgado y encogido. No parecía demasiado alto, pero tampoco era bajito. La pose en la que estaba allí plantado tampoco ayudaba mucho a descifrar su estatura. Llevaba las piernas cubiertas bajo un pantalón color beige.
A simple vista, el chico parecía un pobre vagabundo perdido en medio de la calle, sin sospechar los peligros que podría implicar caminar por aquella zona tan oscura en medio de la lluvia. Pero la verdad era otra completamente distinta.
Aquel chico era Golden Freddy, mejor conocido como The Golden Boy, uno de los cantantes juveniles más reconocidos de su tiempo. ¿Y qué hace un cantante famoso paseando a sus anchas por una calle donde ha crecido prácticamente toda su vida, aún consciente de que en cualquier momento podría aparecer cualquier Brayan, Kevin o Jordan para asaltarlo?
La razón era muy simple: estaba harto. Harto de todo. De su vida, de sus estúpidos horarios fríamente programados, de las firmas de autógrafos, de las sesiones de fotos, de los desayunos solitarios cada mañana y las constantes riñas de su abuelo.
Ah, pero para aclarar un poco todo esto es mejor retroceder un par de horas, más específicamente, hasta el momento en que Golden despertó puntualmente a las ocho de la mañana para cumplir con sus obligaciones de siempre. Porque sí, los ricos también tienen obligaciones. ¿Quién dijo que no?
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Sinfonía de lluvia en abril ➵ FNAFHS. [Golddy's Fic]
Fanfic¿Qué hubiera pasado si hubiera sido Freddy, y no Chica, quien ayudase a Golden aquel día bajo la lluvia? ¿La historia habría seguido su curso normal? ¿O acaso cambiarían algunas cosas? "Entonces, se dio cuenta de que no podía mirar a nadie más com...