Snow se encontraba frente a una puerta de roble viejo y, luego de un suspiro de pesar, toco.
La puerta no tardo en abrirse dejando ver a un señor de edad avanzada con un traje azul marino.
+Pasa. – Dijo acompañado de un gesto con la mano.
-Mi equipo está subiendo. – Informo en tono frio cuando ingreso a la sala. – Necesito los detalles de que escenario quieren y a quien le tomare las fotos.
+Un escenario elegante... y bueno... es difícil decir esto. – Respondió nervioso. – Las fotos son de ... - El presidente de la revista levanto la vista para encontrar a la fotógrafa con una clara impaciencia y algo enojada. - Christian Arval.
El semblante de Snow palideció.
- ¿Cómo dijo? – Pregunto incrédula.
+Sé que no... - La mujer no lo dejo terminar.
-Con todo el respecto, cuando empecé a tomar fotos para su revista dejé dos cosas muy claras: Primero, tanto mi trabajo como el de mi equipo era FreeLance. Lo hacemos por la paga y ya. Segundo, jamás tomaríamos fotos a los empresarios Arval o Correa. Lo lamento, pero nos iremos. - Sentencio Snow en tono enojado y se encamino a la puerta donde se encontraban su equipo mirándola desconcertados.
+Pagare el doble. – Remato Edward a sus espaldas.
La fotógrafa mordió su lengua, necesitaba el dinero si querían llegar a algún lado con el tema de su estudio propio. Miro hacia sus compañeros que sostenían el equipo de focos, cámaras, telas, lentes, etc.
Cerro los ojos y dejo salir un suspiro de molestia. Se dio la vuelta para encontrar al presidente con una gran sonrisa y extendiendo la mano con un cheque. Snow lo tomo y miro al hombre.
- ¡Bien! Por primera y última vez. – Informo.
+Perfecto. Debe estar por llegar. – Respondió.
UNA HORA DESPUES
En la sala había un aire de tensión tan grande que era palpable. Edward se encontraba frente a la puerta comiéndose las uñas. Snow al otro lado de la habitación frente a la ventana, configuraba su cámara por decimoctava vez. Su equipo luego determinar de montar el escenario e intentar interrogar a la mujer, se sentaron a esperar.
Había paso una hora y unos cuantos minutos cuando se empezaron a oírse pasos lentos y tranquilo por el pasillo. Tras un pequeño golpe seco, se abrió la puerta. La fotógrafa, rápidamente, tomo su lugar y elevo la cámara para empezar con su trabajo.
+Señor Arval, ustedes saben cómo mantener en tensión a las personas. – Dijo el presidente de la revista.
-Usted debe saber que mi agenda es de lo más complica. – Respondió en tono serio y arrogante.
-Tome su lugar. – Dijo señalando el centro del escenario. Snow se encontraba completamente irritada, odiaba perder su tiempo.
+ ¿La bella dama es? – Pregunto Chris acercándose.
-Snow, la mejor fotógrafa del momento. – Informo Edward a las espaldas del empresario.
+Un placer, soy Christian Arval. Aunque eso supongo que ya lo sabes. – Se presente de forma tan arrogante e idiota que la mujer siento como su estómago se retorcía.
-No me interesa. Solo tome su lugar. – Su tono dejaba ver su enojo.
El empresario frunció el ceño y casi rezongando se colocó en su lugar. Snow empezó a tomar las fotos pero ninguna la convencía.