Es tarde

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Elena llegó a su casa arrastrando los pies, estaba realmente muy cansada.

Ayer, tuvo que escuchar la gran pelea entre sus padres y su hermano hasta altas horas de la noche. Durmió tan solo 3 horas y comenzó su día. Universidad, trabajo y tienda.

Se vio obligada a salir del trabajo e ir casi corriendo a la tienda de electrónica a retirar su nueva computadora y mientras esperaba observo unos cuantos celulares.

Termino yéndose con su computadora y celular nuevo.

Una vez dentro de la casa, no tuvo tiempo ni siquiera a dejar sus cosas en el sofá que escucho el grito no tan alejado de su madre:

+¡Cariño, ven a cenar! Hice tu comida favorita. – Elena rodó los ojos y camino hacia la habitación continúa encontrando la cena en la mesa y a su familia esperándola. Ella se sentó sin decir nada.

+ ¿Qué tal la universidad? – Preguntó su padre.

+ Te vez muy cansada. No sé por qué no dejas ese trabajo y ... - Dijo su madre.

Ella sabía muy bien que estaba pasando y ya no tenía ganas de sopórtalo más.

+Amor, déjala en paz con ese tema ¿qué tal si le damos el regalo? – Sugirió Robert, su padre, sacando de debajo de la mesa una gran caja. – Aparta tu plato, hija. – Elena les siguió la corriente. Una vez que la caja estaba frente a ella, la analizo. Era la caja de una computadora Mac, la más cara del mercado.

-Ustedes no pueden enfrentar un gasto así. – Informó Elena en tono seco y duro.

+Tu no te debes preocuparte por eso. Solo disfrútala. – Respondió María, su madre.

Elena se levantando bruscamente de la silla y salió de la sala. Lo último que escucho de sus padres fue:

+Seguramente se emocionó.

Ella entró a su habitación y apoyo su espalda en la fría puerta de madera. Miro alrededor estaba rodeada de regalos que fueron hechos luego de una pelea entre sus padres y hermano.

Caminó hacia el placar y saco la ropa que se había comprado el mes pasado con su sueldo, tomo la caja de sus fotos y coloco todo en un bolso. También reviso no olvidar sus ahorros, cuadros de dibujos, regalos de amigos y cada una de las cosas que ella sentía que realmente le pertenecían.

Por último, mando un mensaje. 


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Finalizada la conversación, le saco la memoria al celular y presione "reinicio de fábrica".

Bajo las escaleras y puedo observar a su hermano mayor, su único hermano, hurgando en la bolsa de la tienda electrónica. El chico volteó y preguntó:

+ ¿Y esto? - Con un tono de curiosidad. Elena abrió la boca pero fue interrumpida.

+ ¿Vas a salir? – Preguntaron al unísono sus padres. Ella se limitó bajar las escaleras e ir junto a su hermano.

-Esto no tiene nada que ver contigo. – Dijo mirándolo a los ojos y sacándole la caja de su celular para colocarla en la bolsa.

+ ¿Llegarás muy tarde? – Preguntó su padre.

-No porque no regresaré. – Sentencio, volteando a ver a sus padres. - Estoy cansada. Tienen dos hijos pero de mí solo se acuerdan cuando quieren manejar mi vida, cuando tiene que reprochar o cuando pelean con mi hermano. No tengo porque soportar esto, merezco algo mejor. – Rio. - No soy la hija que quieren, lo entendí. De hecho, me pregunto: ¿Realmente querían tenerme? Pero no importa. He incluso si fuera un interés sincero de ser mejores personas conmigo... Tengo 21 años, se acordado tarde.

Volteo y miro nuevamente a su hermano.

-Cuando tenga nuevo número te hablo. Estaré bien.

Se oyó la bocina de un auto. Ella tiro encima del sillón su viejo celular y las llaves de la casa que la vio crecer. Tomo con su mano libre, su mochila y la bolsa.

Sin decir nada más camino a la puerta y salió.

Sin mirar atrás.

Cargo todo en el auto y al sentarse junto a su amiga recibió su primera felicitación.

-Feliz Cumpleaños. - Con una media sonrisa antes de acelerar. 

One DayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora