Él caminaba a través de la gran recepción de la discográfica cuando su mirada queda fija en el cabello negro y largo de una silueta femenina que salía a paso apurado del edificio.
+¡Sam! – Llamo su atención la recepcionista.
- ¿Qué sucede, Margaret? - Respondí acercándose al escritorio.
+La chica que acaba de salir. – Extendió la mano con un sobre blanco. – Dejo esto para ti.
El chico tomó el sobre y lo analizo: Sin ningún remitente. Sin nombres.
Samuel tenía mucha curiosidad así que abrió el sobre y comenzó a leer.
Gracias.
Gracias por estar ahí incluso sin saber de mi existencia.
Gracias por enseñarme que no es necesario estar presente.
Gracias por convertirte en mi fuerza.
Gracias por cada palabra.
Gracias por cada melodía.
Gracias por demostrarme que si se puede.
Gracias por cantar lo que yo cayo.
Gracias por sonreír.
Gracias por reír.
Gracias por ser tú.
Pd: No soy el tipo de fan que va a los eventos te toma fotos, agarra tu mano y te mira a los ojos. Yo no soy así. Incluso poniendo todo de mí para hacer algo similar... No podría.
Soy una persona egoísta. No le hablo de ti a nadie por el miedo a que esa persona se enamoré de ti como yo lo hice.
Lamento no tener el valor de darte esto en la mano pero temo no aguantar y llorar frente a ti.
Te pediré un favor, hace feliz.
El cantante salió corriendo del edificio, mirando para todos lados. Quería encontrarla pero por más que corrió y busco, ella ya no estaba.
Desde aquel día, él la busca y más de una vez la encuentra entre las líneas de sus canciones. Ella siempre con sus auriculares y confesando su amor entre las líneas de sus libros.
