CAPÍTULO 14

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04/Febrero/2008.

Ya han pasado tres días desde lo que dijo Valeria. La verdad tengo mucha curiosidad en cuanto a quién me está buscando. ¿Será acaso un familiar? ¿Sera Carlos?.

La duda me invade en las noches y no puedo dormir, el trato en cuanto a las guardias y cocineras es muy diferente a ahora. Es como si tuvieran miedo de que en algún momento las fueran a sorprender y... Adiós mundo cruel.
Lo cual es muy gracioso ya que Luisa las molesta con eso y ellas no pueden hacer nada.

Cambiaron la comida para mi, pero hable con las chicas y ahora la comida es mejor y por igual para todas.

Me he ganado a muchas personas como amigos y pues por que es obvio también he obtenido enemigos.

Los hermanos A, me visitan cada día y ahora tenemos la confianza suficiente. Ellos me permitieron ordenarles, mandarlos a hacer cosas que me convienen.

Ayer les pedí que me trajeran alguna razón sobre la persona que me esta buscando. Aunque se me hace raro que no me haya encontrado, con los sapos que son aquí ya debería haberme encontrado.

Luisa ha estado moviendo su gente pero aun no obtiene resultados. En estos momentos me encuentro en el patio viendo como hablan las demás algunas están jugando furbol.

— Mona. Le tengo un dato — dice Valeria.

— Hable rápido. — Digo apenas ella se sienta a mi lado en el pastizal.

— Las personas que la están buscando son una vieja y un man, aún no se sus nombres pero estoy haciendo todo lo posible. — dijo mientras se colocaba de pie, sacudió su ropa y se fue.

Todo se reduce pero aún no se, tal vez pueden ser mis tíos. Aunque no lo creo.

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Llevo horas dando vueltas en la litera, el dato que me dio Valeria se lo conté a Luisa para que se moviera más rápido.

Todo esta oscuro, la luces fueron apagadas desde muy temprano. Luisa habla con Valeria sobre los oficios de la semana.

Las luces se encienden y se escucha un bullicio afuera de la celda, Luisa me hace levantar y ella junto a Valeria se colocan frente a mi cubriendo me. Pasos se escuchan cuando se hace el silencio.

La reja de la celda se abre dando paso a 3 personas. Una mujer, una chica y un hombre con uniforme de soldado.

— Olivia Valentine — dice la chica de cabello oscuro y ropa deportiva. — Vengo de parte de Esteban.

— ¡Esteban esta muerto!— digo mientras soy cubierta por Luisa y Valeria.

— Eso no es posible, él no esta muerto. No, ¡No!— la chica comienza a llorar y a gritar NO, mientras el hombre la abraza. Comienzo a llorar y a abrazarme a mi misma, las imágenes de todo lo sucedido que hacen presentes en mi cabeza.

— ¿Puedes decirnos que paso con él? — habla la mujer y esta se acerca poco a poco hasta donde estoy.

— No puedo, duele recordar. No soy capaz, quiero recordar a mi primo como un héroe y no como el cuerpo sin vida que estaba en esa carretera.

La mujer llega hasta donde estoy y arrodillándose en e suelo me abraza, yo no puedo parar de llorar.

Siento que todo esta pasando de nuevo, los gritos, los golpes, las humillaciones, el hambre, el dolor y sobretodo el miedo.

Tengo miedo de que Carlos me encuentre, tengo miedo a que vuelva a hacerme daño.

Pero mi mayor miedo es que él le haga daño a mi mamá y a mi hermanito. No quiero que a ellos les suceda lo mismo que le paso a Esteban.

Como los extraño, extraño a mi antigua vida, antes de que él llegara a arruinarlo todo, quiero volver a ser feliz.

A veces pienso en que pasará si un día no despierto, pienso en si mi mamá o algún otro familiar me estará buscando, si al menos piensan si sigo viva o estoy muerta, pienso en si ellos están felices sin mi.

Luisa me ha dicho que mis pensamientos son suicidas, lo que sea que signifique eso, no lose.

Las chicas y los A, han estado conmigo en las buenas y en las malas aquí, confiaron en mi cuando nadie más lo hizo.

— Te sacaremos de acá — él hombre habla y así me lleva a la realidad de nuevo. — Soy el coronel del ejercito Rojas y ellas son mi esposa Amanda y mi hija Laura. Vamos a sacarte de aquí, te llevaremos a nuestra casa y ahí nos contarás todo. Nosotros queremos ayudarte.

— ¿Luisa puede ir conmigo? — preguntó tomando la mano de Luisa.

Ellos se miran y luego asienten.

— Si, pero si hace algún movimiento en falso la traeré otra vez acá. Espero haya quedado claro — ambas asentimos y nos despedimos de las muchachas.

— Espero y no dañen el celular que tengo escondido, porque por ahí las voy a llamar cada vez que pueda. — Dice Luisa y tomando mi mano salimos de la celda con el coronel y su familia.

Al salir del reformatorio nos montamos en una camioneta y solo puedo mirar por la ventana de atrás, viendo todo lo que he vivido en estos meses en se lugar.

Laura no ha parado de llorar y su mamá la abraza, llevó mi mirada hasta Luisa y ella me da una pequeña sonrisa.

                       *******

Tengo mucho sueño, ya no puedo mantener mi cabeza en su lugar, Luisa me toma en sus brazos y me abraza, llevamos horas en este carro. Laura esta dormida al igual que Amanda.

— Duerme Olivia, yo estoy aquí y no dejare que algo te pase.

Mis ojos se van cerrado y por primera vez, siento que todo puede mejorar. Tengo la ilusión de poder ver a mi mamá, estar junto a mi hermano y ser feliz.

Quiero que Luisa se reúna con su familia y sea feliz, algún día voy a pagarle todo lo que está haciendo por mí.

Pero sobretodo, quiero acabar con Carlos, hacerlo sufrir y que se arrepienta por todo lo que me ha hecho. Quiero verlo rogando por su vida cuando ya no le quede nada.

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Hey! Lamento a haber escrito antes, pero todos los capítulos que tenia preparados se me borraron de mi computadora y pues me toco volver a empezar.
Espero me disculpen y estaré pronto por aquí.

Cambio y fuera!

CONFESIONES (+18)© [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora