Capítulo 7: Um, de Umbridge

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Disclaimer: Alice in Wonderland pertenece a sus respectivos dueños. Sólo escribo por placer y sin fines de lucro.

 Sólo escribo por placer y sin fines de lucro

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|Capítulo 7|

|Um, de Umbridge|  

"I make the path"

Alicia Kingsleigh

Tuve un sueño extraño. Pero no extraño porque algo raro sucediera, ya todo era bastante raro en Infratierra. Me refiero a extraño por la forma en que me hizo sentir. Me encontraba en un balcón hermoso, completamente blanco a la luz de la luna. Yo estaba mirando hacia el horizonte tranquilamente, cuando alguien se acercó lentamente hacia mí. Era el Sombrerero.

― ¿Tienes idea de por qué un cuervo es igual que un escritorio?― me preguntó su voz a mis espaldas. Me di vuelta, y allí estaba él, sonriente como siempre. Pero esta vez se lo veía diferente. La forma en que me observaba era distinta, me hacía sentir sonrojada.

Sin embargo, antes de que pudiera seguir el sueño, un ruido de olfateo me despertó. Un hocico de perro se metió en el sombrero y lo levantó, haciendo que la brisa de la mañana me diera de lleno. Me puse de pie y me encontré frente al sabueso que había ayudado a capturar a Tarrant. Me sentí muy enojada con él, así que le grité.

― ¡Se suponía que los alejarías! ¡El Sombrerero confió en ti!

El sabueso respondió con una grave voz humana.

―Tienen a mi esposa y cachorros.

Me di cuenta de que quizás estaba siendo muy dura. La Reina Roja era una tirana después de todo. Sentí que podría tener un poco de consideración por el perro.

― ¿Cuál es tu nombre?

―Bayard.

― ¡Siéntate!― le ordené y obedeció al instante.

― ¿Es tu nombre de casualidad Alicia?― me preguntó, como todos los que había encontrado hasta ahora.

―Sí. Pero no soy esa de la que hablan― contesté un poco irritada.

―El Sombrerero no se hubiera entregado por cualquier Alicia― me aclaró el perro. Ignoré la punzada de culpa en mi estómago.

― ¿Adónde se lo llevaron?

―Al castillo de la reina Roja, en Salazem Grum.

―Vamos a rescatarlo― dije, muy segura.

―Eso no se ha predicho― dijo él, con un tono de que era obvio que no quería ayudarme. Empecé a impacientarme por la actitud de Bayard.

― ¡No me importa! ¡El no estaría allá de no ser por mí!

―El Frabulloso Día ya se acerca. Debes prepararte para vencer al Jabberwocky.

La historia del Sombrerero [Alicia en el País de las Maravillas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora