Capituló 1

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Era un día como cualquiera.

Yami se incorporaba de la cama, como de costumbre, por la voz de su madre, quien a la vez le encendía la luz para que se levantará.

Se dirige al baño, se asea y camina hasta el comedor para tomar el desayuno. Luego de un rato su madre se prepara, suben las dos al auto y la deja en la escuela con el recado de "te amo hija, cuídate mucho"

Todos los días eran lo mismo. Desde que se había muerto su padre la única compañía que tenía era su querida madre. Habían pasado por tanto por culpa de él que la chica no tenía casi amigos cercanos, más que unos cuantos de primaria y su mejor amiga Anelis (quien fue la que estuvo cerca cuando su padre falleció)

Una vez dentro del colegio, se limitó a dirigirse a su salón y buscando la esperanza de encontrar a su amiga con la mirada. Cuando la divisó corrió hacia ella para saludarla. Luego de unos minutos de conversación entró a su curso y camino pausadamente hasta el asiento que le correspondía, se sentó y espero a que sonara el timbre, que avisaba el comienzo de clases.

Se perdió en sus pensamientos, recién estaba comenzando el año y ya no quería estar ahí. Sus compañeros no eran los mejores del mundo, ya que desde el primer año que ingreso a esa institución comenzaron a hacerle bullying.

Hacia exactamente 3 años que había ingresado ahí, 1 año de primaria y 2 años de secundaria (contando el que estaba cursando ahora).

Soltó un suspiro pesado cuando escuchó la campana, anunciando el comienzo de la mañana. Se levantó y con pasos cansados fue directo al patio, tocaba cantar el himno nacional de la bandera. Todos formaron filas (separando mujeres de varones y los diferentes cursos por año)

Una vez finalizado, entre empujones de sus compañeros, entró de nuevo al salón y como siempre sentándose lo más rápido posible.

Las clases comenzaron.

A ella no le molestaba estudiar, es más le encantaba, pero sus compañeros no ayudaban en mucho molestándola, y más teniendo en cuenta que compartía mesa con otra persona que no era su mejor amiga.

Llegó el receso y el chico de su lado se levantó lo más rápido que pudo como si su asiento quemara, para luego dirigiéndose a sus amigos. Por su parte ella solo tiro otro suspiro cansada, era frustrante ver 35 personas en un mismo lugar y que solo se hable con una.

Sin dar más importancia se levantó sin mirar causando un choque de brazos con otra chica, quien era la más "popular" y quien "mandaba" allí. Se quedaron paradas mirándose por un segundo, para que luego la "afectada" cambiara su rostro sonriente por uno de asco.

-Ten más cuidado, tus gérmenes y grasa podrían pegarse a mi linda piel -dijo esto para luego irse.

Suspiro por 4ta vez en el día. Siempre era lo mismo: degradarla psicológicamente para hacerla sentir totalmente inferior, cosa que lograba más de una vez.
La verdad es que no entendía porque todos se fijaban solo en la apariencia, porque que ella supiera no era mala persona para nada. Además, tampoco era fea o eso le decían sus amigos: pelo largo recientemente teñido de negro, tenía lentillas para no tener que usar esos estorbosos anteojos y su estructura física no era como cualquier chica, era más rellena de lo normal alguien de los que entraría en el grupo de llamarse "gorda", pero aun así no era desagradable a la vista.

Para cuando salió de sus pensamientos ya se encontraba en el patio mirando a la nada misma sentada en la escalera de siempre, que conducían a otros salones.

Hablaba "animadamente" con su amiga, cuando lo vio.

Era un chico bastante alto, ojos color café y pelo castaño oscuro casi completamente negro.
Se notaba que era el típico "malo" con aires de superioridad. Ella sabía que era unos años mayor porque anteriormente lo había visto un par de veces, pero por alguna razón ese día lo veía con ojos diferentes.

Contuvo la respiración mirando a su mejor amiga, para saber si se dio cuenta, pero estaba tratando de liarse a su amor de la infancia, quien mucha importancia no le daba.

Exhalo el aire reprimido, no tenía idea de que acababa de pasar. Volvió su mirada al chico y para su sorpresa la estaba mirando. Ella comenzó a ponerse más roja que un tomate y desvío la mirada hacia un punto inexacto, extrañamente al mismo tiempo que él.

Cuando sonó el timbre, rápidamente se levantó de la escalera para meterse lo más rápido que pudo a su salón, ya que sabía bien que si no salía en ese momento el chico pasaría a su lado porque tomaba clases en el aula superior.

Sin hablar con su amiga se sumergió en sus pensamientos, también ignorando los típicos comentarios e insultos dirigidos hacia ella.

El resto de la mañana consistió en evitar la mirada del nuevo chico que le atrajo, de quien tampoco tenía idea de su nombre y lidiando con sus compañeros de clases.

Al finalizar, despidió como siempre a su amiga con toda tranquilidad del mundo, el chico salía horas más tarde que ella así que podía respirar tranquila y aclarar sus pensamientos.

Subió al auto de su madre con quién se dirigió directo a la casa sin contarle nada de lo sucedido, más que dejarle comentarios de que algunos compañeros volvieron a ser groseros.


Sin más que hacer, paso el resto de su día con tranquilidad, jugando a la pc y mirando series japonesas, pero el recuerdo del chico aún rondaba por su mente, ¿será que iba a ser la nueva persona que le empezará a gustar?

Ella Es Diferente {El Corazón Es Lo Que Cuenta}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora