Luz de Luna

La luna oscura

Han pasado varios días ya desde la primera vez que puso sus labios sobre los míos, cientos de besos han sido entregados desde ese día y aún no me canso de besar sus labios, de sentir en mi boca su dulce sabor. Cuando me abraza siento que el mundo se detiene, con timidez paso mis manos por su musculosa forma, su cuerpo es tan perfecto.

Pero hoy he recibido un telegrama de China, Diamante vuelve pronto, a tiempo para nuestro matrimonio me dice. Creo que en este instante podría morir, he pasado estos maravillosos días al lado de Mamoru que ya había logrado olvidar mi compromiso. Ojalá pudiera hallar la manera de zafarme de esto, salir huyendo, con Mamoru de mi mano, irnos lejos donde nadie nos conozca y podamos vivir toda una vida juntos.

Sé que esto es imposible, tengo que honrar la palabra de mi madre y la mía misma, de lo contrario no solo yo sino toda mi familia caería en desgracia y mi pobre madre no podría soportarlo. ¿Qué voy a hacer? ¿Cómo podré fingir el amor que no siento? ¿Cómo podré entregarme a un hombre que no deseo, que no amo?

A veces sueño que caminamos tomados de la mano por el parque, mirándonos el uno al otro como un par de tontos, riéndonos de todo a nuestro alrededor. Luego llegamos a una casa, nuestra casa, donde nos espera una pequeña niña de hermosos ojos rojos que me llama mamá. Mamoru la toma en brazos y se abraza a mí, dándome un beso en la frente. Es un hermoso sueño… pero sólo es eso, un sueño del que debo despertar para encontrarme con la mirada fría de Diamante.

Y ahora dice que vuelve en tres días… sólo me quedan tres días para estar con mi amor, tres días para ser completamente feliz, tres días para amarlo y que me ame. Así que hoy he decidido algo, viviré intensamente estos últimos días que me quedan a su lado, no voy a poner límites a nuestro amor. Y cuando esté en los brazos de mi triste destino, cerraré los ojos fuertemente y soñaré con que estoy a su lado.

Un mensaje de Dios

Ahora que los cuatro ángeles del círculo interno están completos, hemos tomado como sitio de encuentro la tienda de antigüedades y en conjunto con el viejo Hino tratamos de analizar la profecía del Elegido, repasamos cientos de veces cada palabra, cada frase, cada detalle que recordemos o que tenga que ver con Selene, tratando de entender qué está sucediendo.

Mihael y yo coincidimos en que hay algo que no está claro en todo esto. Hasta el momento entendíamos de la profecía que el destino de Selene sólo podrían ser dos: o moría a manos de Lucifer y los demonios ganaba, o lográbamos hacer que despertara y ganar nosotros la batalla. He compartido con ella cada día desde que supe quien soy y aunque no he forzado la situación para que ella recuerde, tampoco a dado indicios de que lo haga, así que por ahora no estamos ganando nosotros.

Pero lo que realmente nos ha llamado la atención es el hecho de que Lucifer, teniendo acceso a ella, no haya intentado matarla, lo que nos hace preguntarnos el por qué, y pasar horas y horas tratando de encontrar el más mínimo detalle en la profecía.

Aunque confieso que yo no he sido de mucha ayuda, siempre me retiro antes que los demás para ir a verla. Y es que no puedo pasar ni un solo instante sin sentir su aroma, sin besar sus labios, sin sentir las delicadas formas de su cuerpo. Su aire de inocencia me perturba y me lleva a imaginar cosas que nunca antes me habían cruzado por la mente con ninguna otra mujer.

Además hay otra cosa que nos impide avanzar lo suficiente. Cada vez que revisamos los escritos falta alguna parte, es como si alguien tratara de sabotearnos. He comenzado a sospechar de Asanuma. Últimamente el chico actúa de manera extraña, y ahora siempre tiene esa risa demoníaca en su rostro que no me gusta nada. Siento vibras extrañas en su presencia y creo que por eso no volvió a tocar a ninguno de los que somos ángeles en la pensión.