El cuarto ángel ha aparecido

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Regreso a la pensión y encuentro a todos compartiendo en el comedor. Me siento a la mesa dispuesto a disfrutar un rato en su compañía pues estoy de buen humor, algo que no pasa desapercibido por todos, en especial por Ashmeday que se apresura a indagar sobre los motivos de este cambio.

-No es nada Setsuna, sólo ha sido un buen día. Hotaru, ¿quieres ir al jardín a jugar un rato conmigo?

La niña mira suplicante a su madre que con una sonrisa le da a entender que sí. Salimos al pequeño jardín y mientras hago de la diversión para la niña, la veo sonreír y recuerdo a mi ángel. Su sonrisa es tan pura como la de Hotaru, en ella no hay rastro de maldad, no tiene mancha. Tal como la recuerdo de hace siglos atrás cuando la encontré con esa espada en la mano.

Creo que ella recuerda algo de mí, me llamó Endymion, eso debe significar algo aunque no sé que es.

-Ángel, despierta.

-¿Qué sucede pequeña?

-Te quedaste quieto y no me escuchabas cuando te llamaba.

-Lo siento Hotaru, me distraje un momento.

Retorno al juego pero no puedo apartar de mi mente a Selene, pienso en la tortura que debe estar pasando debiendo estar con un hombre que no ama. A pesar de su negativa y aunque no me haya prometido ir a nuestra cita, no hago más que pensar en que la encontré, al fin la encontré.

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Nakano

Esperamos durante largo rato pero Neflyte no volvió a salir de la casa. Esto en parte es buena noticia ya que puede significar que la chica que vimos entrar es quien creemos que es, pero por otro lado no es muy bueno, él la tiene.

Nos fuimos a una posada cercana y allí pasamos la noche. Nos levantamos con el alba y nos instalamos frente a su casa esperando el momento. Algunos minutos después tuvimos nuestra oportunidad cuando el demonio por fin salió de la casa sin ella, así que sin un plan en mente nos apresuramos a ir y tocar su puerta. Salió solo unos instantes después.

-¿Puedo ayudarles en algo?

No se nos había ocurrido que decir, y nos mirábamos unas a otras, cada una animando a la otra a decir algo mientras el rostro expectante y algo impaciente de la chica nos aguardaba.

-Bueno si no hay nada que pueda hacer por ustedes voy a cerrar, aun tengo muchas cosas que hacer antes de irme a clases.

-No somos de por aquí y queríamos saber si nos podías ayudar.-dice rápidamente Suriel

-¿Y qué es lo que necesitan?

-Nuestra amiga no se siente bien.

Raziel pasa su brazo alrededor de mi cintura y finjo que las piernas no pueden sostenerme, como si tuviera un desmayo.

-Siento que me voy a desmayar, debe ser el clima, no estoy acostumbrada.

-Por favor podrías dejarnos pasar y darle un poco de agua o un té.-le responde Suriel

-Por favor, casi no puede sostenerse.

Ante las palabras de Raziel no me queda más remedio que fingir con más intensidad tratando de convencerla.

-Está bien pueden pasar, yo le prepararé una infusión.

Suspiramos de alivio, esto fue más difícil de lo esperado. Aunque lo realmente difícil está por venir, aun no sabemos qué le diremos.

La casa es pequeña pero acogedora, todo está ordenado y delicioso aroma a pino la inunda, definitivamente no es el tipo de lugar que tendría un demonio. Hay un gran retrato en la sala, de una pareja, se ve muy enamorada.

Luz de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora