Escupí el trago de té que tenía en la boca en ese momento. Sentí que el aire abandonaba mis pulmones y me ponía lívido. ¿Que acababa de decir Rossie? ¿Tan obvio era? ¿No podía ser así de obvio, o sí? Decidí calmarme un poco y me recompuse en apenas lo que duró un parpadeo.
—No sé de qué hablas Rossie querida—.
—Severus, podrás mentirme a mí, pero no a ti mismo cariño. Estás enamoradísimo de tu amigo, compañero, aprendiz o como gustes llamar al ojiverde que tienes clavado en tu corazón—Me dijo mientras me miraba como si yo fuera lo más interesante del mundo—Aunque debo decir que eso me deja a mí sin nadie—.
—¿A qué te refieres? Y no estoy aceptando nada, pero no entiendo qué quieres decir—.
—Cariño, me gustas mucho. Pensé que había hablado claro en nuestra primera "cita"—.
—Y-yo, n-no... e-este... —Bien, el tartamudeo, esto no podía ponerse peor.
—Tranquilo Sev. Yo sabía que no estabas listo para una relación, acababas de pasar algo muy duro y pensé que en cuanto empezarás a sentirte mejor, podrías verme como algo más que una amiga. Nunca pensé que ya hubiera otra persona—.
—P-pero no hay nadie Rossie—.
—Si lo hay Severus. Aunque no quieras aceptarlo. Estás enamorado, jodidamente enamorado de Harry Potter. Y no te culpo, el muchacho está muy guapo ahora, y el Quidditch vaya que hace maravillas, ja, ja, ja—.
Ya está, se acabó. Estoy muerto. Si era así de obvio, Harry no tardaría en darse cuenta por sí mismo y entonces, ¡puff!, adiós amigo. Ni siquiera tendría el consuelo de tenerlo cerca, aunque no pudiera demostrarle mis sentimientos. Pero como siempre, Rossie parecía saber lo que pensaba en ese momento.
>> Tranquilízate Severus. Harry es algo, digamos, lento en cuanto a darse cuenta de las cosas. En tu lugar me preocuparía más por el chico hurón y su amiga me-he-leído-toda-la-biblioteca-de-Hogwarts. Draco ahora es amigo de Harry, y es más observador, y Hermione es demasiado lista, se da cuenta enseguida de las cosas. Si lo sabré yo, es como verme a mí misma a esa edad—.
Suspire. Me rendí ante lo evidente. Rossie lo sabía. No podía negarlo. Ya no quería negarlo, tenía que decírselo a alguien o estallaría y Rossie había sido una excelente amiga y sabía que no diría nada.
—Tienes razón Rossie. Estoy enamorado de él. Pero no supe exactamente cómo pasó. Solo paso. Empezamos a tratarnos, y me dejo de caer mal, nos hicimos amigos, un poco peculiares respecto a nuestra forma de tratarnos y un día, simplemente ya no lo mire como mi amigo—.
—¿Hay más verdad? —.
—Sí—.
—Bien, tengo toda la noche si gustas—.
Le conté del beso en el lago, de que, a pesar de sus risitas, yo no pude controlar mi corazón. Del beso que le di en navidad como forma de "venganza" por su broma del beso en la mejilla. Y de lo que pasó en mi cumpleaños, y de que dudaba que fueran sus sentimientos reales hacia mí, sobre que seguramente todo fue producto del alcohol. Le conté de mis temores sobre la posibilidad de ser o no correspondido. De los temores de Harry sobre que quien lo quisiera, solo quisiera la fama, no a el mismo. Y al final, solté la verdadera razón de haber ido a París.
—Cuando Voldemort le ordenó a Draco matar a Dumbledore, fue cuando te... —.
—Si, cuando me puso bajo la maldición Imperius. Trato de no recordarlo mucho cariño, mejor continua—.
—Bien, cuando eso pasaba, yo llegué a pensar en que la mejor opción era huir si todo fracasaba, había investigado sobre Francia y París me pareció una buena ciudad para esconderme un tiempo. Había visto fotos muggles sobre la ciudad y leído sobre sus museos, restaurantes, arquitectura, toda ella. Me pareció la ciudad más romántica que pudiera haber. Al final, no hui y sucedió todo lo que ya sabes, pero me quedé con la inquietud de visitarla—.
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Otra Oportunidad
FanficDespués de haber sido mordido por Nagini, Severus Snape por fin podía estar en paz...O al menos eso creyó él. Despertó en San Mungo con un terrible dolor en el cuello y rodeado de presentes de sus ex-alumnos. Y para gran sorpresa de él, un Harry Pot...