Epílogo (Carter)

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Mire el departamento en el cual vivía hace tres años con Michi, ella llegaría del trabajo dentro de poco, hoy quería hacer una pregunta muy importante por lo cual había pedido la tarde libre.

Observe mi entorno, las cortinas estaban cerradas dando un toque oscuro y romántico, el foco de la luz lo había pintado rojo, color que Michi adoraba pero al ver lo que había hecho con el foco me mataría, en la mesa había dos copas y una botella de vino, y en el sofá un gigante gato de peluche, similar al de la cita de los juegos.

El ramo de rosas lo había dejado en la cocina. Miraba a cada segundo el reloj ubicado por encima de la puerta de entrada, mis manos sudaban, estaba muy nervioso y esperaba no hacer nada estúpido esta vez.

Sentí la llave ingresar en la cerradura, corrí a la cocina a tomar el ramo de rosas, salí y vi a Michi asombrada en el umbral de la puerta, había cambiado pero seguía siendo la misma chica loca por los gatos de la cual me había enamorado.

— ¿Qué es esto Carter? —su pregunta me causó gracia.

— ¿Qué crees? —sonreí acercándome y entregando el ramo de rosas.

Olió el ramo y sonrió besando mi mejilla.

—Gracias.

—Ven —tomé su mano y la lleve a la mesa donde estaba el vino.

Serví las dos copas y se le pase una.

— ¿Qué celebramos? —preguntó luego se dar un sorbo a su vaso.

Nervioso deje mi copa en la mesa sin responder, metí la mano al bolsillo tomando la cajita de terciopelo negra, dentro de esta había un anillo sencillo.

Me arrodille y la mire.

—Llevamos mucho tiempo junto, diez años para ser exactos, llevo mucho tiempo planeando esto, quiero que seas la madre de mis hijos, la chica la cual tenga que ver todo el día y no me canse, amo tus locuras y no me arrepiento de haberme robado tus gatos —la vi reír—. Michi ¿Quieres casarte conmigo?

La mire nervioso y con la cajita abierta, sus mejillas brillaron y en ese momento me di cuenta que ella estaba llorando, asintió entre sollozos. Coloque el anillo es su mano.

—Si —respondió por fin con la voz ahogada—. No me arrepiento de haber aceptado las citas.

—En ese momento me querías matar —le recordé.

—Pasó hace mucho.

Me pare y la abrace dejando un casto beso en sus labios.

—Tengo un regalo más —hable acordándome del gato—.Cierra los ojos —ordene.

Me hizo caso y camine a buscar del felino de peluche.

— ¿Ya? —preguntó cuándo estaba por llegar a ella.

—Ya —susurré cuando llegue.

Sus carcajadas se hicieron notar al instante, abrazo con fuerza el gato gigante y beso mis labios.

—No soy el mejor chico, pero es todo lo que te puedo dar, mi amor —susurré.

—Solo contigo me basta, para mi eres el mejor chico —me beso.

—Esto es por ti, me enamoraste tan solo con esa sonrisa —sonrió aún más

—Felices 10 años.

—Felices 10 años mi amor —reí.

—Te amo.

—Te amo —confesé.



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¡Devuélveme mis gatos! •SIN EDITAR•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora