Diez (Carter)

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Observe a mi alrededor, hace poco salimos del cine y había invitado a Michi a una pequeña cafetería, mire a la chica que estaba frente a mí, miraba distraídamente al aire, me gustaba mucho esa chica, pronto acabarían las vacaciones y deberíamos volver al instituto.

­­—Vuelvo en unos minutos —mire a Michi.

Camine el busca de un mesero, me acerqué al chico que estaba limpiando una mesa.

— ¿Me haces un favor? —llamé su atención.

—Dime.

—Ando con una chica, quiero pedirle que sea mi novia —miré disimuladamente a Michi.

— ¿En qué te ayudo? —preguntó dejando de limpiar y mirando con una sonrisa a Michi.

— ¿Puedo subirme a una mesa? —dudé.

—La de la esquina es para declaraciones —apuntó la mesa cerca de la ventana.

—Uh bien —reí—. ¿Otro favor? —sonreí.

— ¿Qué más?

—Quiero comprar un ramo de rosas de aquí afuera —apunte al local—. Pero ella sospechará, ¿lo podrías comprar tú?

—Claro amigo —le entregue el dinero—. En seguida lo compro.

—Gracias —caminé de regreso a la mesa con Michi.

— ¿Qué paso? —preguntó preocupada cuando llegué.

—Nada —sonreí.

Impaciente empecé a mirar la cafetería, al ver al chico entrar con las rosas asentí parándome.

— ¿Carter, que haces? —Michi me imitó colocándose de pie.

Decidido caminé a la mesa y subí, todas las miradas se pusieron sobre mí, y eso no ayudaba a mi nerviosismo.

Google no preparaba para estos momentos.

—Buenas tardes —salude tratando de no tartamudeas, algunos asintieron en mi dirección, sentí el timbre de la entrada sonar.

— ¡Vamos hijo, tu puedes! —el grito lo conocí al instante, miré y encontré a la madre de Michi y a mi madre sentándose, rodé los ojos al ver una cámara en su mano.

—Hay una chica —comencé a hablar con una sonrisa—. Me gusta, ella lo sabe —unos suspiros se escucharon de un grupo de amigas que se encontraba cerca.

— ¡Ve al punto! —miré mal a la mamá de Michi.

—Este idiota robo sus gatos para llamar su atención y ahora quiere pedirle algo —baje de la mesa tomando el ramo de flores que el chico que tendía.

Michi se encontraba mirando parada al lado de la mesa que minutos antes estábamos ocupando.

—Qué lindo —escuché susurrar a una chica que abrazaba a un chico, su novio supuse.

—Michi, me gustas mucho, ¿Te gustaría ser novia de este idiota? —pregunté frente a ella.

Me miro y luego miro a su alrededor.

Caminó dejándome ahí parado y subió a la mesa.

—Buenas tardes —saludó, la mire confundido—. Hay un idiota, robo mis gatos —los presentes se rieron—. Me enamoró con sus estúpidos juegos ¡me soborno con mis gatos! —dramatizó—. Y quiero que sea mi novio —bajo de la mesa—. Si Carter, quiero ser tu novia —susurró al llegar y me abrazó.

Sentí los aplausos de quienes aún miraban la escena, me separe y deja el ramo de rosas en la mesa, tome su cintura y la levante girando con ella.

Tímido acerque nuestros labios y los uní.

—Ese es mi hijo —Michi se separó al escuchar la voz de mi madre, reí.

—Por fin tienes novio Michi —la abrazó su madre—. En cuanto a ti jovencito, todavía se dar unos buenos golpes —amenazó, asentí rápidamente.

—Yo la cuidaré señora —hablé nervioso.

—Y no me robes más mascotas por favor —en cansancio se hizo presente en la voz de mi madre.

—De eso no me arrepiento —aseguré.

— ¿Por qué? —cuestionó Michi frunciendo el ceño.

—De no ser por los gatos no habrías tenido esas citas conmigo.

—Su pedido —asentí al chico que dejo el pedido en la mesa.

—Nosotras ya nos íbamos —habló mi madre jalando a la madre de Michi.

Miré como salían del local.

—Entonces —giré y sonreí a Michi.

—Entonces —interrogue sonriendo.

— ¿Aun estamos en una cita?

—Si —la abracé por la cintura.

—Y eres mi novio —nuestras miradas se encontraron.

—Eso también —junte nuestras frentes—. ¿Ahora te puedo besar? —susurré.

—Cuando quieras —sus labios impactaron con los míos—. Róbame mis gatos cuando quiera —se separó para hablar.

Riendo besé su mejilla y tire de ella para sentarnos a comer.




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¡Devuélveme mis gatos! •SIN EDITAR•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora