Cinco (Michi)

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―Mamá ―llame nerviosa su atención.

― ¿Ahora qué?―giró mirándome divertida.

―No cada vez que te llame quiere decir que estoy en problemas ―hable dolida, camine y me senté en mi cama, ella se sentó a mi lado.

― ¿Estás en problemas? ―cuestionó.

―Si ―una sonrisa se posó en sus labios.

― ¿Qué hiciste ahora?

―Tengo una cita con Carter ―hable apenas audible.

― ¿Carter? ―me miró sonriendo.

―Sí, el vecino ―expliqué.

― ¿Ese es el chico que acosas? ―su pregunta sonó inocente pero sentí mis mejillas enrojecer.

― ¿Qué? ―exclamé―. No, ¿Quién te dijo eso? ―la mire fingiendo lo mejor que pude.

―Soy tu madre, a mí no me engañas ―poso como diva.

―Bien, si tal vez lo acosé ―confesé―. ¡Pero fue solo una vez!

―Era igual a ti hija, acose a tu padre y no solo una vez ―me miro insinuando algo más, hice una mueca.

―Bien, la cosa es ―suspire―. Tengo una cita con Carter.

― ¿Cuál es el motivo? ¿Razón? ¿Chantaje? ―exclamó dramáticamente.

―Mis gatos ―susurré avergonzada, tal vez si era mucho lo que hacía por mis gatos, pero, eran mis bebés.

―Por qué será que no te creo Michi ―se burló.

―Necesito ayuda ―volví al tema central.

― ¿Ropa? ―asentí―. Pantalones, zapatillas y polera ―la miré y fingí colocar los ojos en blanco, solo fingí, si no, luego me pegan.

―No me digas ―hablé sarcástica―. Gran ayuda Loren.

―Gracias a mí no iras desnuda ―hablo caminando a la puerta de mi cuarto.

― ¡Esa no es ayuda Loren! ―grité pisando fuerte el piso.

― ¡No me llames así soy tu madre! ―gritó burlándose y luego cerrando la puerta.

Caminé hablando por lo bajo enoja hasta quedar frente a mi closet, odiaba todo lo que tenía que ver con ropa, no era de esas chicas que compraba todos los días, porque no me gustaba y porque no éramos millonarios.

Observé mi ropa, tomando unos pantalones que me quedaban algo apretados negros los tiré sobre mi cama, estaban rotos en la parte baja de las rodillas pero perfectamente se podía decir que era por moda, no era un problema; busque una polera que mi padre me había regalado para navidad, era blanca y suelta, decía "I love CAT" en negro, perfecta. Busque bajo mi cama las zapatillas parecidas a la famosa marca converse, una imitación claro está, fue el regalo de mi madre para navidad y estaban como nuevas, eran de lejos mis favoritas.

Dejando todo en orden sobre mi cama, tomé ropa interior y camine al baño, estaba en el pasillo y al ser solo tres personas en la casa no tenía problemas, decidida a tomar un baño di el agua y empecé a quitar mi ropa, hice una mueca, creo que ya estaba oliendo mal.

(...)

Termine de bañarme y saliendo envuelta en una toalla camine a mi habitación. Entre y cerré la puerta, señal de que estaba ocupada.

― ¡Lindo cuerpo! ―apreté más la toalla alrededor de mi cuerpo.

Mire mi cuarto buscando al dueño del grito, aunque al solo escuchar su voz sabía quién era.

¡Devuélveme mis gatos! •SIN EDITAR•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora