Soy un ninja!

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No logré escuchar su nombre pues estaba demasiado concentrada en su mirada, él se percató de mi observación en sus ojos, e hizo lo mismo unos segundos, hasta que decidió mirar hacia otro lado. El chico tomó asiento en el último pupitre de la fila del centro. Y en tanto se sentó, sacó un cuaderno y se pusó a hacer garabatos. Sin darme cuenta estaba volteada aun con la mirada puesta en él y el profesor ya había vuelto al tema de los números y signos que no lograba entender. Yo trataba de descifrar al nuevo pero solo lograba sacar un sinfín de conclusiones que me confunden aún más. No me gustaba sentirme de esta forma, no me gustaba sentir curiosidad por algo o alguien, y mucho menos me gustaba que esto me pasara en la clase de calculo. 
Alguien golpeó bruscamente mi asiento, me sobresalte y sin pensar mi acción volteé en busca de la persona que ha hecho eso, me costó alrededor de una milésima de segundo saber que cuya persona me había molestado era nada más y nada menos que el profesor. Controlé mis impulsos y pensamientos de odio y repulsión que me llevaba guardados desde ya hace varios años, mientras finjo resignación le digo miles y miles de cosas en mi mente. 

Al final pidieron hablar con mis padres al día siguiente. Algo que caracteriza a este profesor es que siempre hace mucho por muy poco. Exagerado. 
La clase terminó y una enorme y placentera libertad se apoderó de mí. 
Salí corriendo, incluso creo que fui al primera en salir del colegio. 

Me entretuve en la tienda de enfrente y aproveche para comprar una bolsa de frituras. Cuando salí de la tienda mis ojos se clavaron en alguien, el mismo chico de mi clase de calculo. Pareciera que caminaba sin un destino final en específico pues primero camino hacia la izquierda y luego se detuvo bruscamente, dio media vuelta y ahora se dirigía a la derecha, por una calle muy corta y angosta, dude en seguirlo pues por esa calle no hay más que ladrones y asesinos desalmados, entonces esto me llevaba a una solo conclusion, el chico lindo con cabello de oro y ojos verdes estaba metido en cosas que en las que a mi no me gustaría involucrarme. Pero soy tan curiosa que a pesar de que había un 90% de probabilidades de que muriera en esa calle decidí ir tras el chico...

Trate de ser lo más discreta posible, no era difícil pues habían muchas personas que me ayudaban, ya que les recuerdo que era la hora de la salida. 
De vez en cuando me volteaban a ver, el chico de cabello dorado seguía sin saber de mi presencia, o eso esperaba al menos. Finalmente me aleje de la multitud, me sentí obligada a hacerlo pues el chico cada vez aumentaba su paso. 

Cuando reaccioné me di cuenta de que estaba ya en la calle a la que tanto miedo le tenía. Pero el temor desapareció cuando encontré al chico con la mirada y lo seguí de nuevo. Me distraje un segundo y cuando me volví para seguir tras el chico ya no estaba, lo busqué con la mirada y nada. Me di por vencida. 
Suspiré y puse mala cara.

Di media vuelta pero un chico me sorprendió, evité el contacto visual y me giré para caminar por otro lado, pero otro chico me acechaba. Me comencé a asustar, y trate de salir de ahí pero a los pocos segundos ya me tenían acorralada contra la pared.


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