Los Secretos De Adam

Niño egocentrico, Niña Curiosa

Él de verdad me insistió en acompañarme hasta mi casa, y solo para que dejara de molestar le dije que si. Pero no hablamos de nada, o al menos yo no. Él no se callaba, lo unico que hacia era recordarme que todo él es perfecto, o al menos eso cree. De vez en cuando rodaba los ojos, pero solo lo ignoraba. Y finalmente llegamos a mi casa, en donde mis padres estaban sentados afuera, desesperados porque no había llegado, cuando me vieron note un suspiro de alivio de parte de mi mamá quien de inmediato corrió hacia mí para después así recibirme con un abrazo. Caminamos hasta la puerta principal, el chico engreído seguía conmigo, yo solo esperaba a que se fuera de una vez. 

-en dónde estabas Sarah?.-preguntó mi padre sin ninguna pizca de emoción en su voz

-am...

-lo siento señor, mi nombre es Adam Anderson, estoy en la clase de su hija...-vaya, así que se llama Adam, como "Los Locos Adam"

-ve al grano.-dijo mi padre malhumorado

-pues la verdad es que no soy muy bueno en la materia de calculo... Y su hija obviamente si, le pedí que me diera una tutoría... Y pues estabamos en el parque, espero y entienda la urgencia de comprender la materia pues mañana habrá un examen... De verdad es importante que lo apruebe.-le mintió Adam a mi padre, era bueno actuando. Yo acabe asintiendo con la cabeza

-bien, en ese caso, mucho gusto Adam, espero y te haya servido la ayuda de mi hija.-esta vez sonó más comprensivo

-por supuesto que sí señor

Dicho esto mis padres entraron, y yo iba tras ellos, pero sentí la mirada de Adam detrás de mí. Por milésima vez rodee los ojos y posteriormente di media vuelta para asegurarme.

-qué? Tengo algo en la cara o qué?.-dije grosera, aunque no fue del todo mi intención

-si, está desfigurada, es horrible.-me siguió la corriente y luego rió. Cosa que yo no hice, después prosiguió:-por qué?

-porque me estabas observando

-no, por qué te arriesgaste a volver a pesar de que sabías que tu primera visita no fue del todo agradable?

-ah, pues, soy muy curiosa y...

-la curiosidad mató al gato... No es muy bueno ser curioso, te recomiendo dejes de hacerlo

-gracias, por tu recomendación, pero así soy yo, y te aseguro que no voy a cambiar

-bien, solo es un consejo pero si quieres acabar con tu vida adelante

-bien

-de acuerdo... Pero en serio qué hacías ahí? Además de perderte...

-ja ja que chistoso, solo quería saber qué hacías tú ahí...

-si? Y aún estas interesada?.-dijo,levantó una ceja y me dedicó una mirada muy soñadora, la ignoré, como había estado haciendo últimamente

-pues... No estaría mal que acabaras con esa ansiedad

-bien, detrás de aquella puerta... Hay un bar, y yo soy un stripper

-idiota

-del bueno.-dijo estilo norteño, y aunque me molestara aceptarlo su acento me causo gracia, y no pude ocultarlo.-acaso te estas riendo?.-eso fue suficiente para que mi risa acabara

-ahora no.-dije de lo más seria. Luego me despedí:-debo entrar, adios niño egocéntrico

-adiós niña curiosa

Vi como su silueta se desvaneció conforme se integraba en la abrasadora oscuridad de la noche, en donde la luz mercurial no lograba iluminar. Vale aceptar que la infernal tarde no se comparaba con esta refrescante noche, era relajante, eran esos momentos en los que lo mejor es sentarse en el jardín y aprovechar el aire fresco. Pero por más ganas que quisiera el cansancio era mil veces superior, había estado casi toda la tarde perdida en la espera de alguien que me ayudara a volver, y ahora solo deseaba estar dormida.