La Obra Perfecta

§ 3 §

Viernes, 10:05 AM:

Ahora, las caras de mis alumnas son de felicidad. La motivación se nota mucho en el ambiente, me encantaba verlas así por esto, aunque solo son mentiras camufladas. Me hace ilusión que a alguien le guste mi plan.

— Espera... ¿y qué pasa con Fati, Heather, Cat y Jodie? — Una chica cuestiona, obviamente ya sé que excusa dar.

— Ellas tenían que irse antes, no te preocupes. — Su confusión se esfumó y solo abrazo a su grupo.

Destapo la botella y me acuerdo de que tengo que buscar algo en mi bolso. Cuando lo encuentro, saco la tapa del pequeño frasco el cual contenía somníferos disolventes. Estoy a punto de poner uno dentro de la copa, pero mi alumna anteriormente preocupada me toca el hombro.

— ¿Necesitas ayuda? — El susto que me pego en este momento es enorme, estoy a punto de tirar todo pero no lo hago y guardo las pastillas detrás mio.

— Em, y-yo no... Gracias igual. — Al terminar la oración muestro una sonrisa totalmente fingida, pero no se nota. La chica parece no sospechar, con lo cual se da media vuelta para seguir hablando con las demás y se aleja de mi. Doy un suspiro profundo y continúo con mi "labor".

Cinco minutos es el tiempo que debo esperar para que los pequeños comprimidos blancos dejen de ser visibles. Pacientemente observo cada copa (excepto la mía, la cual obviamente solo contiene la bebida) para asegurarme de que está todo correcto.

Les reparto la bebida a mis acompañantes para poder brindar. Seguro se esperaban un sermón, pero no tenía la más mínima intención de decir algo.

Sí, estaba feliz, pero ellas solo eran parte de la decoración de mi proyecto.

Agarro mi copa y hago un ademán con la mano izquierda para que se acerquen a mi. Me esfuerzo un poco y abro la boca para decir al menos un par de palabras alentadoras.

- Brindo por todo el esfuerzo de ustedes y por la emoción que traían a cada clase. -Alzo mi copa y las demás me imitan, chocandolas delicadamente entre sí.

10:20 AM:

Claro que ninguna sabrá sobre los somníferos. Ninguna sintió el gusto gracias al alcohol. Ninguna pudo darse cuenta de lo que le pasaba a la otra, ya que todas se encontraban igual. Drogadas, adormecidas, sin noción de la realidad ni de su alrededor...

Mi sonrisa no se borraría en todo el día, y eso sería un buen punto a favor. Cuando logro ver a todas completamente dormidas en el piso puedo tranquilizarme.

10:30 AM:

Debo reunirme con mis amigas, ya se me hace tarde. El camino que tomaríamos para pasar el día no era muy largo, pero si apartado de los demás, aunque no tengo nada en mente para ese momento. Me gustó la idea de pasar un buen rato antes de llevar mi objetivo a cabo.

Dejo a todas las chicas en el suelo, tal cual quedaron por el efecto de las pequeñas pastillas, y salgo de la gran construcción en la que llevo años trabajando dentro.