capítulo 4|

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_____________'s POV:

Ya habían pasado semanas desde que envié esa carta de vuelta, más concretamente unas 3 semanas y no me ha llegado respuesta alguna. Hoy con las chicas vamos a ir al partido entre Slytherin y Ravenclaw, esta claro quién va a ganar, Slytherin ganará. Se que sueno pesimista pero la verdad es que nosotros, los Ravenclaws, no estamos hechos para el deporte. Llegamos al campo de quidditch con todas y nos sentamos esperando a que se llene, porque, llegamos como 10 minutos antes de la hora predeterminada para el partido.

—¡________! —escucho que alguien me llama a la distancia.

Giro la cabeza en dirección a la voz y me encuentro con Albus Potter. Me levanto del banco(silla) y voy caminando donde el chico Potter.

—hola Albus, ¿En qué te puedo ayudar? —le contesto con una sonrisa.

—No encuentro a Scorpius —dice preocupado con su uniforme puesto.

—¿Ha pasado algo malo? —le pregunto a Albus intrigada.

—Lo vi hablando con Rose antes del partido, luego se hecho a correr y lo perdí de vista.

—Quedate aquí y si no he llegado para cuando el partido empiece has algo para retrasarlo, trataré de no tardar.

—Gracias, gracias Ana.

—Callate y ve a ver como retrasas esto —le ordeno para después irme corriendo hacia el bosque prohibido.

Me voy apurada del campo de quidditch y en cuento saldo voy a qiel lugar del bosque donde me lo encontré llorando aquella vez. Me canso a mitad del recorrido y me detengo un rato para respirar. Me encamino otra vez hacia el bosque pero esta vez caminando. Después de deambular un rato escuchó unos sollozos y corro, ahora sí, hacia ellos. Al llegar veo la cabellera de Scorpius y el hecho bolita, pareciera que no tuviera dignidad.

—¿Scorpius? —lo llamo jadeando por correr ahorita y apoyándome en un árbol.

—¿hm? —hace un sonido raro.

—Levantate ya, el partido empieza en tres minutos o en menos, vamos, rápido —le digo acercandome y jadeando otra vez.

—No quiero ir.

—¿Qué?

—No quiero hacer nada.

—Ya déjate de juegos maldita sea, te consolarla en estos momentos pero —digo levantándome enojada—, no tengo tiempo para eso. Ahora más vale que te pares te limpies esas lágrimas y vallas corriendo hacia el campo. No puedes dejar a tu equipo sin guardián.

—¿Por qué no? —me mira por primera vez en nuestra conversación y puedo ver una cara lastimada. Sus ojos y en general están en un estado deplorable.

—Porque confían en ti, aparte, yo, esperaba verte jugar —le digo con una sonrisa ofreciéndole la mano para que se parara.

—Ya, sobretodo —dijo aceptando mi mano con un notable sarcasmo.

—bueno, mis amigas querían venir a verte y yo las compaño. Tu sabes que tengo cosas más importantes que hacer —le digo arrogante y empezando a jalarlo hacia el campo de quidditch.

—¿Entonces por qué vienes? —me pregunta sonriente, otra vez.

—Por ti —le respondo volteandome con una sonrisa—. Mira, tienes que ir corriendo sino no vas a llegar y yo no quiero correr así que... ¡Qué esperas! Corre, shu —le hago señas con la mano.

—Tienes razón —me sonríe de vuelta y me besa la mejilla para luego irse corriendo hacia el campo.

Me siento en el pasto completamente agotada. Jadeo un montón y tomo mi pulso, es rápido por todo el ejercicio que hice. Me siento caliente así que me quito la túnica y el suéter. Suspiro tratando de calmarme, no debí haber hecho tanto ejercicio. Suspiro otra vez y siento unas manos en mis hombros haciéndome un masaje.

—humm —digo ante las manos masajeandome.

—¿Te gusta, mi diosa? —pregubta una voz áspera y grave, es de un hombre.

Al escuchar la voz y como me llama me tenso un poco pero trato de disimularlo.

—Si —digo volteandome para verle la cara al acosador pero al voltearme no lo veo.

Abro mis ojos sorprendida al ver que no hay nadie en este campo vacío y me alarmo. Trato de pararme y no puedo, al instante que lo intenté me mareé y me volví a caer sin poder sostenerme. Cogí mis cosas y me dirigí a la enfermería, quería correr pero no podía, todo me daba vueltas y cada vez me sentía más mal. Llegué al castillo y deambule por los pasillos hasta llegar a la enfermería, todos estaban en el partido.

Llegué a la enfermería y me desplomé apenas puse un pie dentro del establecimiento. La enfermera corrió hacia donde estaba, estaba tan casada así que cerré mis ojos en ese instante.

Scorpius POV:

El partido estuvo genial, ganamos, llegué justo a tiempo gracias a que Albus había montado un show para darme tiempo a llegar. Tenía mi nueva expresión arrogante y al salir con el equipo vi a Rose a lo lejos con los Merodeadores. Le sonrio a una Gryffindor que que está al lado de Rose y ella me lanza un beso. Me río y vuelvo a mirar al frente junto a mi equipo. Veo que las amigas de _________ se dirigen hacia nosotros con caras serias.

—Albus Potter, ¿Qué le hiciste a _______? —dijo una de ellas.

Instantáneamente mi cara cambió y miré a Albus intrigado.

—Pensé que después ir a buscar a Scorpius había vuelto con ustedes —dijo Albus.

Ellas me miraron a mi.

—Pues, no lo se me vine corriendo a mitad de camino entre el campo y el bosque —les respondí.

—¿Qué hacías en el bosque? —pregunta esta vez Albus.

—Ahorita te explico, ¿Acaso ella no volvió al las gradas? —les pregunto algo preocupado.

—Claramente no, por algo preguntamos —dice una de ellas fastidiada.

—hey, tranquila, vamos a buscarla todos ¿les parece? —digo calmado.

—Me parece bien, ustedes busquen en Ravenclaw. Lo más probable es que halla vuelto a la sala común. Yo busco donde dijo Scorpius que la dejo y que el busqué en Hogwarts —dice Albus.

—Esta bien —pronunciaron ellas y se fueron en grupo hasta su sala común.

Con Albus nos miramos y cada uno partió para su lugar correspondiente. Fui corriendo por Hogwarts, fui al gran comedor, a los salones y recorrí todos los pasillos. No la encontraba en ningún lado y ya me estaba preocupando mucho. Suena raro que me preocupe por ella ya que, bueno, se lo debo. Sólo me faltaba buscar en la enfermería así que fui hacia allá y la vi saliendo de la enfermería. Estaba pálida y se le notaba algo enferma.

—¿_________? —le pregunto preocupado acercándome.

Ella levanta la vista con visible pereza.

—¿Scorpius? —dice cansada.

Noto que se va a caer así que me apresuro a recibirla. _________ cae en mis brazos, me tomo un tiempo observándola. Su piel está más pálida que de costumbre, su pelo ha perdido brillo y noto que, a comparación de unas semanas atrás está un poco más flaca. Me preocupo y hago un ademán para entrar a la enfermería. Ella me pone una mano en mi pecho y abre sus ojos.

—Vamos a otro lado Scorpius —sentencia, yo asiento y voy con ella fuera del castillo hacia el bosque prohibido.

Eternidad (Scorpius Malfoy y tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora