capítulo 3|

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__________'s POV:

Scorpius me llevó hasta las puertas del gran comedor, al estar en frente de estas el me bajó delicadamente —lo cuál agradecí mucho—.

—Gracias Scorpius —le dije sonríendole y abriendo las puertas haciendo mi entrada.

No oí su respuesta ya que entre con mi típico aire de superioridad y sonriente como siempre. Me senté elegantemente con los Ravenclaw y empezamos a hablar de temas distintos, más que nada de filosofía y de más. La cena fue rápida y llena de debates teológicos y así, fue divertido a diferencia de lo que los demás digan. Con mis compañeras nos paramos y fuimos directo a la sala común a hacer deberes.

El domingo por la mañana fui como ya me era costumbre a la enfermería. Al entara saludé a la enfermera y ella saco una bolsa de sangre para inyectarmela.

—¿Cómo se encuentra señorita Larsson? —pregunta la enfermera.

—Bien gracias, ¿y usted? —le respondo amable.

—Bien gracias por preguntar, ¿Se ha tomado sus medicamentos puntual y con la debida frecuencia señorita? —dice mirándome los ojos con una linterna.

—Si señora, solo no me tomé el que es antes de la cena el martes —le respondo.

—hum —dice anotando cosas—. Tiene que tomárselo a puntuales, no podemos dejar que se muera a los 20 señorita.

—No se preocupe, yo se lo que hago.

—¿Ha tenido alguna crisis en la semana? —pregunta cambiando de tema y examinando unas cosas en sus papeles.

—Si —al momento de responder me mira preocupada—. Fue el martes, pero logré aguantarmelo, fui al bosque prohibido y allí nadie se dió cuenta de lo que pasaba.

—Usted sabe que si tiene una crisis debe venir inmediatamente a la enfermería —replica la señora.

—Lo se, pero no me sentía capaz de caminar hasta aquí. Al menos hasta que se calamara un poco el dolor.

—La próxima vez debe venir aquí, le suministraremos anelgesicos y los debidos cuidados.

—Entendido. Lo siento mucho.

—Ya sabe para la próxima, tenga cuidados y procure laverse las manos antes de comer y ya sabe no haga actividades que sean fatigantes para usted.

—Gracias —respondo seca parándome mientras me quita la bolsa de sangre.

Una vez terminé la transfusión fui a los baños y tomé mis pastillas, muchas a decir verdad. Me dirijo al gran comedor para desayunar y disfrutar un lindo día leyendo. Fui a la torre de astronomía, no había nadie a diferencia de otros días. Me senté y saqué mi libro, 1894. Cambio de libro amenudo ya que me los acabo muy rápido, no suelo repetir lecturas a nos de que se de la exepción de la luz difícil. Leo por lo que parece ser la mayoría de la mañana ya que mi reloj suena avisándome de que tengo que almorzar y tomarme esas pastillas.

Después de hacer aquel procedimiento entro al gran comedor como siempre, rebosando perfección. Echo un vistazo a la mesa de Slytherin y noto que Malfoy me mira sin despegarme la mirada. Le sonrio cariñosa y prosigo a mi mesa, que al llegar todas las niñas me miran expectantes.

—Ya dejen que saben que no cuento chismes, hablemos de algo mejor —digo sentándome sonrie soles arrogante.

—Esta bien ¿A dónde fuiste hoy? —dijo Cassy.

—A leer, en la torre de astronomía —respondo comiendo algo de lasagna.

—¿Qué Lees Larsson? —pregunta Tim.

—1894 —dice Gabrielle viendo mi libro en mis piernas.

Yo asiento con la boca llena y la cena continua en una conversación de libros de ciencia ficción. Mis amigas y yo nos levantamos para ir a la sala común. Estamos hablando tranquilas cuando me cruzo con Malfoy en los pasillos y el me sonríe algo... ¿Arrogante? Si, arrogante. Le devuelvo la misma sonrisa y cada uno de nosotros suelta una risilla traviesa, como si fuéramos cómplices.

—¿Desde cuándo Scorpius esta bueno? —Pregunta Maddie.

—Yo no me había percatado de eso, y yo tengo memoria idetica —Contesta Cassy.

—Eso no importa ahora. Se que nos dijiste que nada de chismes pero, _________ —dice mi nombre suplicando—, dinos que pasa entre ustedes dos —Vuelve a insistir Gabrielle.

—Ah —suspiro—, esta bien, pero —hago una pausa dramática para depues cambiar mi voz a una sería y amenazante—, hacen un chisme de esto y me encargaré de que reciban lo que se merecen —termino.

—Si, si —contestan ellas tres cantando emocionadas.

—Malfoy y yo solo somos amigos. El me ayuda y yo a él, no se ilusione niñas —contesto burlona guiñándoles a un ojo.

—Ash —suspira Cassy—. Yo pensé que por fin habías aceptado a un pretendiente _______.

—Cassy tiene razón, todos los chicos de Hogwarts Caen a tus pies y tu siempre los rechazas, ¿Por qué? —pregunta Maddie.

—No me interesa el amor Maddie, sabes que para mi eso es una perdida de tiempo. Es innecesario —contesto sonriendo.

Llegamos a la sala común y las acompañe a que hicieran deberes, yo ya los había hecho. Leía en mi cama tranquila cuando se escucha un ruido tocando la ventana. Me levanté para abrir la venta, los más probable es que fuera una lechuza; y efectivamente, era una lechuza. Veo que tiene una carta que dice "Para: _______ Larsson"

Yo, Al estar claramente sorprendida de que me escribieran, porque, esa no es la letra de ninguno de mis padres. Cojo la carta de la lechuza y le doy una galleta. Voy hacia mi escritorio y abro la carta, es pulcra y muy ordenada. Esta dice así:

"Querida _______:

Yo me dirijo a ti como tú más grande admirador. He visto cada movimiento tuyo, como lees en la torre de astronomía, como comes, como te lavas las manos antes de comer, como sonríes de manera arrogante y controlas a quien quieras. Sólo quiero decir que me parece totalmente divino, cualidades digna de una diosa como tú.

Si pudiera ponerte en un pedestal lo haría, si pudiera envasarte y llevarte siempre conmigo lo haría, si pudiera sostenerte en mis manos solo un segundo lo haría.

Se que tu tiempo no es mucho mi hermosa diosa, se que vives al máximo y que eres la mejor. "Nadie es perfecto" al notar tu perfección decidí seguirte y he visto tu secreto. No voy a chantajearte, no soy capaz de tal atrocidad. Sólo te hago saber que si algún día deseas hablar con alguien y desahogarte no te preocupes que yo siempre estaré a tu lado, solo di hora, día y lugar.

Por último, espero que te cuides, te quiero observar hasta tu último aliento y recuerda mi diosa.

Eres sólo Mi diosa.

Sinceramente tuyo, tu fiel y devoto sirviente."

Mi expresión era nada más y nada menos que de terror, tenía un acosador. Alguien sabia mi secreto, aunque dijo que no me chantajearia lo infirió al hacerme saber esa información y explícitamente decir "Mi diosa", esta recalcando territorio. Mi corazón latía de manera descontrolada por el miedo, jamás he experimentado algo así. Tengo que saber quién es él. Saqué pluma y papel, escribí algo simple y corto:

"Querido sirviente:

Muchas gracias, me halagas, verdaderamente. Quisiera saber quién me ha escrito estas hermosas palabras dignas de un caballero y no de un simple sirviente, así que dime, ¿Quién eres mi devoto sirviente?

_.L"

Le di la carta a la lechuza intrusa y la eché. Al momento en que se fue cerré la ventana y me quedé mirando al cielo preocupada, esto interferiría con mis planes.

Eternidad (Scorpius Malfoy y tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora