Eternidad (Scorpius Malfoy y tu)

Capítulo 25|

Scorpius' POV:

El hueco parecía un abismo que jamás se terminaria, pero solo debía tener unos sesis o cuatro metros de alto. Habíamos estado cavando nosotros ayudados de algunos encantamientos. Agarramos el cuerpo sin vida de él, y lo empujamos. Aún recuerdo cuando con pedazo de vidrio acabe con su vida. Era un cazador joven, que intentaba asesinar a _______ por la espalda. Nada justifica mí atroz acto, nada pero ya no podía hacer más. Con otros hechizos lo cubrimos de tierra e hicimos nacer pasto a la mitad del bosque prohibido. Si alguien sabía de este asesinato, iría a prisión.

Quería llorar y gritar, pero no podía hacer mucho. Estaba paralizado, mí cuerpo se movía casi automáticamente y me daba miedo ¿Acaso soy un monstruo? ¿Qué me pasa? ¿Qué está mal conmigo? Su mano me arrastraba hacia el castillo dónde había una guerra, una guerra que estábamos perdiendo.

-Necesitamos una cuartada Scorpius, sino van a saber que hay algo raro -comenta, calculadora cómo siempre.

¿Cómo puede pensar claramente en esta situación?

(...)

___________' POV:

Me desperté cansada, en mí habitación muggle. Sabía que todo iba acordé a los planes, ahora solo debía pretender que quería matar a todos los magos futuros. Me levanto de la cama y salgo por el modesto pasillo que me llevaba a la sala.

-Buenos días cariño -me habla mí madre desde la cocina.

-Hola ma, hace rato que no te veo -le respondo, trato de hablar y actuar normal, aunque le quiera gritar.

-¿Tienes hambre? Hice panqueques -me dice ya sirviéndome el plato.

-Claro, sabes que ese es mí desayuno favorito -le digo ayudándola a poner la mesa.

-No hace falta, tu papá ya salió. Después le alcanzaremos -me indica al ver qué cogí tres tenedores.

-¿A dónde fue? Usualmente desayunamos juntos -le comento.

-Ya sabes dónde está -dice sirviendo los platos y llevando el café.

Está "trabajando" (matando magos).

-Genial, ¿Qué tengo que hacer para ayudarles? -le digo sin rodeos, ella sabe que no se me da la charla larga e indirecta.

-Todo a su tiempo, por ahora desayunemos. Cuéntame querida, ¿Cómo te fue con tu noviecito? -pregunta curiosa pero también precavida... Sospechan de mi.

-Por favor, no menciones nada relacionado a esa gente -le pido, dándole a entender que estoy "dolida". Ojalá pueda convencerla.

-Siempre tendrás a tu familia mi niña -dice y me agarra la mano.

-Lo sé madre, y te agradezco.

Comimos en silencio.

No considero que valga la pena describir mi casa, la verdad con mis padres vivíamos modestamente. Un solo piso, dos cuartos, la cocina y la sala. No teníamos mascotas debido a mí condición ni mucho contacto con los vecinos. El barrio era lindo, decente, algunas veces podías escuchar como robaban a alguien pero pues que se puede esperar de una ciudad tan grande como lo era Londres.

Tampoco teníamos una muy ostentosa decoración, la mayoría era de tiendas mayoritarias que habíamos comprado en descuento así que la cada no pegaba mucho. Sillas verdes o moradas, un comedor algo manchado por los años y la cocina de cualquier color en que lo consogueramos barato. Nuestros cuartos si tenían un poco más de armonía, pero no nos quedaba mucho dinero que gastar con las facturas del hospital.

Teníamos un carro viejo que pocas veces utilizábamos, mi padre era el que más lo usaba para su trabajo y mi mamá tomaba el metro. Yo nunca supe cómo manejar, siempre estuve afuera en Hogwarts y durante las vacaciones me enterraba en libros para cubrir mi soledad.

Nunca me interesé en conocer a más personas, tampoco me importaban los deportes. Solía hacer algunos trabajos de medio tiempo para comprar maquillaje y telas para hacerme ropa, la vanidad siempre ha sido algo que me he gozado. Mi vida nunca fue perfecta, pero me empeñaba en al menos yo serlo, conseguir un buen trabajo en el ministerio o en el banco y poder vivir bien con mis padres. Dejarles mucho dinero después de morir para que ya no tuvieran que trabajar tanto y poder verme bien en el ataúd.

Pero todo eso había cambiado. Todo había sido destrozado. Mi mundo, mi familia, mi casa, ya nada era igual. Ahora resulta que debo escojer entre ser una genocida o mi familia. Mi bien planeado futuro, sin distracciones, sin chicos bobos que me distrajera de mis aspiraciones, todo se había ido a la mierda.

Ahora estaba utilizando mis conocimientos para vencer en una guerra milenaria, que conmigo poco tenía que ver. Ahora luchaba por no ver a Scorpius ni a mis amigos en Hogwarts morir. Ahora tenía que engañar a mis propios padres y hacerles creer que había sido secuestra y quién sabe que más por los Malfoy.

Que alguien me saque de esta pesadilla, no parecía real. Ir con mi madre en el metro, cogidas de la mano hacia el "trabajo" de mi padre. Me había comentado que hoy era una iniciación, que hoy me convertiría en miembros oficial de la rebelión. Ahora, solo debía idearme una manera de informarle a los magos las estrategias e intentar volver a Hogwarts, ignorar a mí novio y en lo posible... No permitir que mis padres mueran.

Dentro de mi ser sé que no son buenas personas. Pero aún así, los amo y así terminen en prisión o en alguna institución mental, quiero que sigan vivos. La muerte siempre ha sido algo que he aceptado desde que nací, pero la mía y sólo la mía. La de ellos, jamás la he imaginado y eso me rompe el corazón.

-Llegamos -dijo mi madre en frente de un rascacielos.

-Perfecto, no puedo esperar -forcé una sonrisa confienzuda y caminé con arrogancia hacia la recepción.

----- Nota de autora -----

Hey, espero no me hayan olvidado. Mil y mil disculpas, la universidad me ha comido viva y la verdad no me siento muy feliz con la forma en la cual he escrito la historia y los personajes. Se habrán dado cuenta, que ______ ahora parece una persona y no una súper modelo o khe c yo. Quiero darles una mejor novela, pero no tengo el tiempo de corregir lo anterior. Seguiré publicando (intentaré que sea más seguido, no cada año, upsi). Los capítulos serán más cortos, no tengo mucho tiempo pero bueno, es trabajo honesto.

Les quiero ♥️

-Heart.