Sueño profetico

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Estoy preocupada a causa de la posible guerra que puede enfrentar Egipto. Atem es un hombre valiente y bastante capaz de enfrentar cualquier adversidad al igual que lo hizo en el pasado su padre, pero también es bastante joven para comandar un ejercito a pesar de que cuenta con el consejo de sus sacerdotes.

Me siento cansada ya que aun no  me he recuperado en su totalidad de la fatiga por la insolación de hace algunos días, así que sin mas preámbulo vuelvo a recostarme en la cama para proceder a dormir un poco. Cierro mis ojos y de manera inmediata caigo en un profundo sueño del cual no puedo despertar ya que es tan real que por un momento olvido que estoy dormida.

***

El caos a invadido al pueblo de Egipto; niños heridos, ciudadanos muertos a causa del derramamiento de sangre por parte del ejercito del reino vecino. Estoy en shock a causa de tan horripilante escena que lo único que deseo en ese momento es poder impedir tanto sufrimiento con ayuda de mi magia, sin embrago aun soy aprendiz de mago por lo que no puedo ayudar a todos. 

Me encuentro en medio de la aldea del palacio tratando de buscar al rey de Egipto sin éxito alguno, ya que lo único que hay a mi alrededor son personas alteradas y cadáveres de  inocentes. Corro hacia el palacio para ver en que puedo ayudar a mi faraón, sin embargo la entrada me es denegada ya que en el interior del palacio se encontraban los guardianes de los artículos milenarios junto con Atem enfrentándose a muerte contra el rey enemigo quien deseaba con desesperación el reino del alto y bajo Egipto.

Estoy aterrada, ¿qué pasara si Atem pierde la batalla y muere a manos de espada? trato de relajarme y pensar con cabeza fría, hasta que recuerdo que Atem y yo teníamos una entrada secreta al palacio cuando eramos niños. Me dirijo a nuestra entrada secreta rápidamente ya que es imprescindible que vea lo que esta sucediendo en el palacio, cosa que tal vez nunca debí haber hecho ya que muchos de los soldados que eran mis amigos yacen sin vida a mis pies; deseo llorar ya que no puedo creer lo que mis ojos están presenciando, así que simplemente me limito a seguir caminando para tratar de hallar a mi faraón quien de seguro a de estar en graves problemas.

Camino por cada uno de los pasillos que conducen al palacio notando que el ataque a mi hogar, a mi rey, a mis amigos y a mi pueblo fue a causa de un emboscada ya que al parecer ni siquiera le permitió al ejercito del faraón defenderse; hay sangre por todos lados por lo que me lleno de terror al imaginar el cuerpo de Atem yaciendo sin vida en el salón del trono, pero antes de que el miedo carcoma mas mi fuerza de voluntad me dirijo hacia el salón del trono ignorando todo lo que hay a mi paso. Abro de par en par las puertas del salón del trono para presenciar una batalla épica de magia, espadas e incluso de estrategia.

Observo con detenimiento el panorama para tratar de ayudar, hasta que veo como mi maestro es atravesado por una filosa espada por la espalda. Grito con fuerza el nombre de Mahad ya que es imposible que mi maestro este al borde de la muerte; estoy petrificada a causa de la escena que pareciera que el tiempo avanza lentamente ya que mis ojos perciben como el frió metal que conforma la espada del enemigo esta cubierta con la sangre de mi hermano. Hago aparecer mi báculo mágico para lanzar un poderoso conjuro al asesino de Mahad mientras observo como van cayendo uno por uno los guardianes del faraón, así que sin pensarlo corro hacia mi faraón para protegerlo ya que detrás de él hay otros que desean asesinarlo mientras pelea cuerpo a cuerpo y espada contra espada contra el rey enemigo. Lanzo un conjuro bastante poderoso de inmovilidad hacia los soldados enemigos para hacer de la batalla de Atem algo justo para el y el reino.

La batalla entre Atem y el rey Dyeser es bastante reñida por lo que la única forma para terminar el conflicto es por medio de la intervención de otra espada, la cual provenía de uno de los soldados del rey enemigo que no había sido afectado por mi conjuro. 

Memorias de mí Faraón [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora