II

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MÍRAME
No digas nada, no es necesario. Mírame, sólo mírame, y déjame tocarte con la mirada, déjame abrazarte con mis pensamientos, déjame besarte con mis silencios.

Mírame, sólo mírame y déjame detener éste efímero momento para guardarlo como un trofeo en mi exclusiva sala de los sueños, de los sueños imposibles.

Mírame, sólo mírame, prometo despertar y no volverte a soñar.

No es más que poesía barataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora