Al estar a tu lado siento claramente el sabor de una reina claudia fresca, entre dulce y agria, que al rozar mi garganta hace que quería arrojarla.
Al estar a tu lado hago un análisis completo, quizá hablo poco pero mientras callo y te escucho he notado un sin número de acertijos, fijándome que en medio de nuestro intercambio se encuentra un muro de berlín que se interpone en mi bregar.
Al estar a tu lado me pierdo entre ese montón de palabras que salen de tu boca sin cesar, hasta que paras y me dices "No me gusta hablar". Sin embargo, continúo con mis preguntas triviales que terminan de incomodarte y acabas por alejarte.Al estar a tu lado me siento tan insignificante, como un granito de arena ante una playa llena de turistas, que caminan sobre mí, mientras me adhiero a una zapatilla humedecida, que luego me desecharían al oír: "sácate la arena de los pies antes de subir".
Y al estar a tu lado simplemente me doy cuenta que no puedo estar a tu lado, porque a pesar de lo lacónico e inevitable, estamos a años luz de sentir algo palpable.