<<un cielo lleno de estrellas>>

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tom de inclino sobre su escritorio de roble que estaba lleno de manchas de café extendiedo un montón de papeles que al parecer era tarea.

Escuela. ¿Cuál es el punto?

Tom volteó su cabeza cuando escucho un ruido proveniente de atrás.

Algo golpeaba su ventana.

Se levantó y fue hacia aquella ventana para encontrarse con el mismo chico de antes.

Tord tenía una pierna fuera de su ventana, recargado en el marco y con la otra pierna dentro se su cuarto, entre sus piernas se encontraba una bolsa de dulces, para ser más específico, Jelly Beans.

Ya no tenía puesta su corona de flores, su cabello estaba amarrado en una pequeña coleta en su nuca, tría unos pantalones azul claro ajustados y un suéter del mismo color que dejaba al descubierto sus hombros, junto a una camiseta que se podía dejar ver por esta. La joyería que tenía en sus manos se había ido y sus sonrisa brillaba como nunca.

- hey kitty boy.
- Tord
- ¿que estás haciendo tan tarde?, es media noche.
- revisión, ¿no tienes escuela?
- Nope, colegio nacional.
- ¿huh?
- mi tutor viene a casa para enseñarme
- Whoa
- yeah, bastante cool ¿no?
- no te creas mejor que yo.

Tom se burlo del diseño de las cortinas del cuarto de Tord y cuestionó.

- ¿estrellas?
- Um...Duh.
- que tonto.
- ¿¡tonto!? Las estrellas no son tontas, son geniales.

Tom sacudió su cabeza en desacuerdo, Tord enojado solo frunció el ceño mirando hacia Tom.

-¿crees en las estrellas?
-¿disculpa?
- hay personas que creen que cuando mueres te conviertes en una estrella.

Los ojos de Tord se abrieron de par en par mientras miraba fijamente el cielo azul oscuro, perforado con más de un millón de puntos de diamante. Tom siguió su mirada y vislumbró las estrellas dispersas.

-sí lo que sea.
-El polvo de la estrella fluye a través de nuestras venas.
-¿De Verdad?.
-Sip. Todos somos estrellas a nuestra manera.
-Realmente no me consideraría una Estrella.
-Claro que sí, Tom. Eres muy deslumbrante.

Tom sintió que un débil rubor calentaba su cara, llenando desde sus rosadas mejillas a sus sus orejas.

Estrella humana.

Tord. La única forma en la que Tom pudo describirlo. Brillante, lleno de energía, prácticamente radiaba. El era una estrella.

Tom suspiró contento mientras tord extendía su mano hacia el cielo.

-¿puedes ver esa estrella realmente brillante?
-Son todos brillantes.
-No. La particularmente brillante.

Tom entrecerró los ojos y notó la estrella que era más grande y brillaba más que el resto.

-Se llama sirius o estrella de perros.
-¿Por qué estrella de perro?
-Porque es parte de una constelación llamada canis major que significa perro mayor en latín.
-¿Así que la estrella más brillante es parte de un astronómico punto a punto de un perro grande?"
- ¡exacto!
- extraño.

El silencio llenó el aire entre los dos. Tord comió un Jelly Bean con cautela el contenido del envoltorio de plástico y echó una mirada rápida a tom.

-Sabes Tom, eres un buen tipo.
- ¿lo soy?
- Mhm. Usted es el primer amigo que he tenido en un tiempo.
-Oh, bueno, trataré de ser un buen amigo.
-Estoy seguro de que lo serás.

Tom apago de la lámpara que ilumina su dormitorio sombrío.Tord desenganchó su pierna de la repisa y se deslizó de nuevo a su habitación.

-buenas noches Kitty Boy.
- buenas noches Tord.

★ Dear Starboy ★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora