21. Miedo a los balones.

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–¡Te has metido en el lío de tu vida, y me has metido a mi también!–gruñí molesta.

–No seas dramática, todos los chicos te miran aunque no tengas nada–dijo despreocupada.

–Mira. ¡Tu tienes y yo no! Voy a ser la vergüenza del año, mostrando lo que no tengo. ¿Conoces a la roca? Pues yo voy a ser la tabla.

Probablemente estoy exagerando, pero me hubiera gustado que Blake me hubiera visto. Bueno no, era broma.

–Ya vamos–dijo tirando de mi brazo.

Caminamos hasta la cancha, y en las gradas estaban los hombres sentados, algunos mirando a las chicas, algunos hablando,algunos simplemente mirando a la nada.

–¡Muy bien chicas, hagan un círculo!–comentó la profesora.

Nos sentamos, a mi lado tenía a Kylie y Taylor, quienes charlaban animadamente y poco a poco nosotras nos unimos a aquella conversación.

–Primero que nada, le quería dar la bienvenida a Alexandra Carie, quién viene desde Londres hasta acá para terminar sus estudios. Espero que te sientas cómoda aquí–dijo amigablemente.

–Es Curie–susurré avergonzada.

–Oh,lo siento mucho–muchos rieron–Bueno, como primer día en esta clase, haremos una votación de que haremos, ¿algunas ideas?–preguntó.

Danielle levantó su mano efusivamente, sonriendo sarcásticamente, para luego comenzar a hablar.

–Quemadas y luego un circuito de ejercicios comunes–dijo.

–Mhm, esa es una buena idea, formen los equipos mientras yo busco el balón–pronunció y luego se fue trotando hacia no sé dónde.

–No será tan difícil, se lo hice fácil chicas–dijo Danielle caminando hacia nosotras.

–Veamos si esa silicona sirve para algo–pronuncié.

Oh oh, ¡Mi mente es traicionera! Juro que eso lo había dicho en mi cabeza, y no, tuvo que salir y arruinarlo todo.

–Voy a patearte el culo Curie–sonrió mostrando su goma de mascar.

Por un momento me dieron ganas de arrancar ese cabello castaño y sacarle las extensiones una por una, para luego aplastar su cabeza, y para finalizar meter todo en una licuadora y hacer abono para las plantas. ¿Cómo se puede odiar a alguien sin conocerlo bien?

La profesora llegó e hizo sonar el silbato, para luego entregar el balón a Kylie, quién puso cara de ver un fantasma.

–¿Sabes jugar no?–le pregunté.

–Sí–relajé mis músculos–No contando que le tengo un miedo extremo a los balones–dijo y la profesora comenzó el juego.

–¡Solo lanza Ky!–le dije.

Ella lanzó y el balón llegó directo al estómago de una chica rubia, quién hizo una mueca de dolor para luego salir de ahí, siendo la primera en perder.
Danielle fue en busca del balón, moviendo sus caderas y lamiendo sus labios mientras se agachaba y daba una perfecta vista a los hombres de su trasero, quienes silbaron.
Rodé los ojos y escuché a Madison gruñir, mientras Danielle le tiraba el balón a alguien.

Pasó el rato y muchas chicas salían del juego, haciéndonos quedar a Madison y a mi de un lado, y a Danielle de el otro.
La pelota voló directamente hacia Madison, dandole en la delantera, haciendo que todas las chicas hagan una mueca de dolor y que ella se retuerza. Creo que todas sentimos su dolor.

Sale de la cancha resoplando.
Oh no, voy a perder. ¡Veo la maldad en la cara de Danielle!
Ella se adueña de la bola y yo corro por todo el lugar, gritando y pareciendo idiota.

A la lejanía veo a un grupo de hombres entrar al gimnasio, colándose, y no me doy cuenta de que es Blake con los chicos hasta que ellos gritan mi nombre haciendo barra desconcertando a todos, y haciendo que Danielle los miré enfurecida.

–¿Tu lo llamaste verdad?–preguntó lanzando el balón hacia el otro lado del lugar, aprovechando que la profesora se había ido.

Caminó dando grandes zancadas hacia mi y yo por iniciativa di pasos hacia atrás. El silencio había inundado el lugar haciendo un ambiente tenso.

–¡Lo hiciste porque tú puedes tenerlo y yo no!–gritó–Es injusto, tu simplemente llegaste y el cayó en tus redes, yo llevaba años enamorada de él...–susurró.

El sentimiento de tristeza me inundó. Ella tenía razón, pero intentar algo con alguien no es injusto. Es simplemente parte de la vida.

–Quizás sea injusto para ti–pronunció Blake con voz ronca–Pero no tienes derecho de venir y tratar a Alex así, ella es mi presente ahora, y lamento decirlo pero tú eres mi pasado–dijo con melancolía.

–No me importa si soy tu pasado–dijo con la voz ahogada–Yo lucharé por ti, y no me importa si ella está en el camino, yo estuve primero–dijo y luego se fue.

Me sentía mal, ¿todo esto fue mi culpa? No lo sé, me gustaría que todo se solucionara al despertar mañana, me gustaría que esto fuera un cuento de hadas.
¿Quién diría que la mudanza se convertiría en un problema?

Decidí ir a cambiarme de ropa, quedando en unos jeans y un sostén deportivo mientras me miraba en el espejo del baño.

Ya no tienes ese brillo en tus ojos.

Alguien tapó mis ojos y mi boca, atrayéndome hacia un lugar desconocido.

–¿Quién soy?

/Beautiful Kind/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora