/Beautiful Kind/

14. ¿!Lo besaste!?

–¿¡Lo besaste!?–gritó Alissa asombrada.

Tapé mi cara con ambas manos, avergonzada, e intentando hacer que nadie se entera de que era yo.

–Cállate por favor–murmuré–El me besó.

–¿Estabas ebria?–preguntó.

Destapé mi cara y la miré enojada, ¿qué creía que era?

–¡No! Ni el tampoco, fue algo...sorpresivo.

–Sorpresivamente bueno al parecer, porque estás más nerviosa que cuando me rompí la nariz–comentó arreglado mi cabello.

–Blake dijo que era informal Al, nada de vestidos ni tacones–dije soplando un Cabello que llegó a mi cara.

–¿Sin tacones?–rió burlescamente–¿Acaso quieres ser un hobbit al lado de Blake? ¿Sabes por lo menos cuánto mide?–preguntó.

No lo sabía, y, sí, soy bastante pequeña pero bueno.

–Mide un metro ochenta y nueve–dijo al ver que no respondía–Y tu, mi querida hermana, mides un metro sesenta y tres sin tacones, así que no hagas drama, que con tacones iras.

Creo que hasta Alissa está más nerviosa que yo, digo, es una cita, ¿qué es lo que más puede pasar?

–¿Jeans negros o azules?–preguntó levantando ambos.

–Negros.

–¿Blusa de tirantes negra o blanca?

–Negra.

–¿Camisa roja o blanca?

–¡Da malditamente igual Alissa!–le grité.

–Creo que la roja irá contigo hoy–mencionó–Cámbiate, te prestaré mis tacones–me tiró la ropa en la cara y salió de mi habitación.

Me quedé un momento mirando el techo.
¿Qué pasa si todo era broma y me deja plantada? Seré la burla del año.
Confieso que ahora estoy nerviosa, confieso que quiero lanzarme del segundo piso. Nunca había tenido una cita en toda mi vida, ¿patético no?

–Dije que te vistieras–Alissa entró a mi pieza–Veinte minutos mirando el techo como idiota, báñate y vístete, y más te vale que cuando regrese estés lista. Tengo que peinarte–salió de la habitación bufando.

Me di una corta ducha, y luego me depilé. ¿quién sabe si esto llega a algo más? Okay no, pero siempre hay que andar depilada.

Tomé la ropa y me vestí, para luego salir del baño algo acalorada.
Suspiré mientras quitaba la toalla de mi cabello, y este caía a mi camisa mojándola un poco.

–¡Sí no...–Alissa entró regañándome–Wow, te ves bien–sonrió y tomó una silla sentándose a mi lado–Manos a la obra–sacó su maquillaje y comenzó a aplicar todo.

Luego de aproximadamente veinte minutos ya estaba lista, luego mi hermana secó mi cabello, y aprovechó de hacer unas ondas. Me miré en el espejo, ella había puesto una sombra oscura haciendo que mis ojos azules se resaltaran.

–No puedo creer que tengas una cita–dijo mientras yo miraba por la ventana.

–Gracias–dije irónicamente, volteándome.

–No lo digo en ese sentido. Llevamos aquí tres o cuatro semanas, y tú conoces un chico y ¡bum! Sales con el–dijo haciendo movimientos raros con sus manos.

–Quizás por fin tuvieron piedad de mi–dije y luego abrí la puerta para caminar escaleras abajo.

El silencio inundaba la casa, mamá y papá trabajaban y yo tenía los viernes libre de escuela, al igual que Camille. Alissa se había tomado el día en la universidad.
Caminé hacia la cocina y abrí los muebles buscando algo que tuviera chocolate.
Un envase de chocolate se asomaba en el lugar donde estaban las copas, y los platos.

–Bingo–murmuré.

Me puse en la puntita de mis pies, intentando sacarlo, pero lastimosamente lo alcanzaba. Mientras más me estiraba empujaba más el chocolate hacia adentro, haciendo que me frustrara.

–Lo tengo–mis dedos lo alcanzaron.

Lo saqué pero no me di cuenta de que una copa venía con el, directo al suelo.
Grité asustada y retrocedí unos pasos, haciendo que los trozos de vidrio no tocaran mis pies.
Los apresurados pasos de mis hermanas llegaron a la cocina. Camille me miró algo burlona y enojada y Alissa preocupada.

–Idiota–masculló Camille para irse a su habitación.

–Se le pasará,cuidado con cortarte, ¿qué clase de persona normal se estira con tac...–dejé de escuchas cada una de sus palabras.

El timbre de la casa sonó, haciendo que mis nervios aumentaran y mi corazón se parara.
Miré a Alissa y ella a mi. Llegó mi cita.