7. Perdida.

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Miré confundida el lugar donde Blake me había citado, y estaba pensando seriamente en que no era acá. Fruncí el ceño mientras marcaba el número de el, esperé un poco hasta que contestó.

–¿Te atrasaste?–preguntó.

–Diablos Blake, estoy aquí hace veinte minutos–murmuré–creo que me perdí–hablé mientras giraba a ver dónde estaba.

–¿Al menos sabes el nombre de donde estás?–preguntó suspirando.

–Le dije al taxista que me llevará donde tú me dijiste, se demoró bastante, por un segundo pensé que me violaría. Estoy en una clase de...centro comercial–comenté confundida.

–Dime el nombre–lo escuché prender la motocicleta.

–Am–me acerqué al gran cartel–The Grove–asumí–¿Qué clase de persona normal nombra así a un centro comercial?–pregunté.

–Voy para allá, quédate donde estás, y sí es posible siéntate. Debo colgar, nos vemos linda–cortó.

Suspiré mientras tomaba con fuerza mi cartera y entré al gran centro comercial, a ver si por lo menos me podría tomar un helado.

Te vas a seguir perdiendo Alexandra.

Hice resonar los tacones en aquel resbaloso piso y casi me caigo de cara, genial. Seguí caminando como si nada hubiera pasado.
Grandes tiendas de ropa estaban por todos los rincones de aquel centro comercial, sin embargo no encontraba los malditos helados.

A lo lejos una figura se me hizo conocida, ¡demonios! Mi padre y mi madre.

Corrí hacia un pequeño lugar para tomar café y me senté, escondiendo mi cabeza detrás del menú. Llamé a Blake y no contestó, lo que significa que que aún está en la motocicleta, ¡Rayos!
Sí mis padres me ven acá me asesinan, y más estando sola. ¡Se supone que yo iba a salir con Alissa! Malditos consejos buenos que doy y maldita Alissa que me hace caso, ojalá Jack pinte tu cabello de color azul.

Me quedé tranquila al ver que papá y mamá pasaban de largo, di un gran suspiro y golpee mi cabeza con la mesa.

–Quién pensara que terminé saliendo con un chico lindo, a escondidas de mis padres, y ayudando a mi hermana.

No sé por qué rayos mis padres no quieren a Jack, a Alissa le prohibieron verse. De echo, cuando se dieron cuenta de que ella hablaba por mensajes desde Londres hasta acá con el, le quitaron el celular, las castigaron por meses diciendo lo peligroso que era hablar con personas por internet.

Alissa se sintió tan triste que sus calificaciones bajaron, al igual que su autoestima y todas las cosas así. Papá y mamá siempre habían sido muy críticos con nosotras, todo lo que hacíamos mal lo reprochaban en nuestra cara una y otra y otra vez. Excepto con Camille. Camille es la favorita, la que nunca tratan mal, y mamá siempre dice 'No hay favoritismo en esta familia'
Mira cómo me río mamá, se nota hasta cuatro kilómetros que hay favoritismo.

Mi celular sonó sacándome de todos mis pensamientos.

Llamada entrante: Blake🌈

Sonreí y contesté.

–¿Dónde estás? Estoy afuera–dijo–Sentado en una banca, esperándote–rió.

–Ya salgo–me levanté de la mesa y guarde mi celular.

Caminé por el mismo lugar por donde entré, y me felicité mentalmente por no perderme.
Salí y vi la cabellera castaña de Blake, me acerqué.

–¡Ya estoy aquí!–grité en su oído.

Saltó de la banca, pegándose en el pie y perdiendo el equilibrio, por lo que cayó al suelo.

–Oh Dios, lo siento Blake–me agaché–¿Te duele?–pregunté tocando su pie, el no respondió–¿Blake?–pregunté mirándolo.

No respondía, creo que lo maté. No, es imposible, solo se golpeó el pie.

–¿Blake? Vamos Blake–lo moví.

Preocupada me acerqué a su corazón.

Sí latía, idiota Alex, ¿cómo va a morir?

–¡Caíste!–gritó levantándose.

Tapé mi cara con ambas manos, asustada, ¡Rayos! ¡Si caí!

Comencé a reír mientras el me ayudaba a pararme.

–Cambio de planes dulzura, nos vamos a la playa–tomó mi brazo y nos dirigimos a la Ducati.

Ay Blake, me hiciste encontrar lo que nunca pensé que tendría. Amigos.

/Beautiful Kind/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora