22. Me gusta Blake.

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–¿Qué rayos? Ya pensé que me iban a violar o secuestrar y venderme por eBay a tres dólares. Casi me matas de un ataque al corazón–ironicé poniendo una mano en mi pecho.

Blake rio despacio, dejándome ver sus perfectos dientes, alineados perfectamente y de color blanco.

–¿Qué haces aquí? ¿No se supone que deberías estar en tu instituto?–pregunté confundida apoyándome en la pared.

–Estamos en receso, y supuestamente yo estoy en la enfermería, además mi instituto está a solo unas calles de aquí–comentó–Discutes bien, aunque tú cara es tan tierna que no sirves para eso, sin intención de ofender–rió.

–Me gustaría ver esos músculos en acción–dije molestando.

Enseguida los miles de pensamientos pervertidos llegaron a mi mente, y no sé si Blake lo habrá pensado así pero se volvió raro.

–Sin doble sentido–aclaré.

El rió y luego tomó mi brazo, llevándome hacia afuera, para luego ver su reloj y arreglar su uniforme.

–Me quedan quince minutos pequeña saltamontes, enséñame esta escuela–hizo señas con sus manos.

–Ugh, no la conozco muy bien pero está bien–comenté comenzando a caminar.

El siguió mi ritmo mientras yo le mostraba cada una de las esquinas de la escuela, hasta el baño, y bueno, poco a poco los quince minutos fueron pasando, y no me di cuenta de cuando el ya tenía que irse.

–Pasaré por ti–dijo mientras nos despedíamos–¿puedes aguantar un día sin mi preciosa?–bromeó.

–No seas tonto–lo golpee en el brazo.

–Por cierto, ponte algo, no quiero que alguien se pase de listo contigo–dijo suspirando.

Iba a decir algo pero antes de nada, el se sacó su camisa a cuadros roja, y me la puso, abrigándome un poco y tapando gran parte de mi carne. Iba a chistar sin embargo puso un dedo en mis labios, me jaló de la cintura para luego subir a su motocicleta, y darme un corto beso. Para luego partir haciendo que mi cabello volara y que yo quedara con una sonrisa en el rostro.

–Vaya, vaya, ¿qué tenemos aquí?–preguntó Madison llegando a mi lado con ambas cejas levantadas.

–Me gusta Blake–mi mirada seguía en el lugar donde la motocicleta recientemente había estado.

–Felicidades, a el también le gustas–dijo aplaudiendo sarcásticamente.

–¿Qué hago?–pregunté girándome hacia ella algo triste–Es difícil.

–Tan solo espera, las cosas llegarán a su tiempo. Ahora vamos, tenemos clase de química.

Ambas nos dirigimos al salón, donde ya habían muchas personas. No tengo ni la mayor idea de donde se había metido Danielle y no me importaba un rábano la verdad.

La clase comenzó normalmente, Madison no entendía nada, yo estaba perfectamente concentrada. Me encantaba química, es tan perfecto.

–Disculpe profesora–entró un señor con cabello gris, bastantes arrugas y el ceño fruncido, como si buscara algo–Buenos días alumnos.

–¿Quién es?

–Es el director de la escuela, creo que se llama Robert, tiene algo de cabeza en sus canas.

Sonreí inconscientemente, y el director posó su mirada en mi, me puse recta y mi sonrisa se congeló, para luego pasar a una mueca.

–¿Alexandra Curie?–preguntó hablando fuertemente.

Trágame tierra, por favor.

–S-Sí–tartamudeé.

–Acompáñame por favor–dijo y se retiró lentamente.

Puse la mayor cara de horror y miré a Madison, quién reía y me veía burlona. Claro, como ella no es nueva y no la llamó el director.

–Y Madison, tu también ven–el director entro inesperadamente.

Ella palideció y sus risas se transformaron en una cara de asombro, y confusión.
Se paró en silencio, y caminó tomada de mi brazo. ¿Qué hicimos?

Nos dirigíamos a lo que yo suponía la sala del director, y una vez que entramos me golpeé mentalmente al ver a Blake y Danielle sentados, separados por dos sillas. Demonios, sé dónde va el tema.

–Siéntese–ordenó el director.

Ambas lo hicimos con torpeza, sin embargo yo a un lado de Danielle para que ella y Madison no se mataran.

–Muy bien. Muchos alumnos me han informados que ustedes han tenido algunos inconvenientes. Danielle ha venido llorando diciendo que ustedes la han tratado mal, y que la habían insultado, ¿Es verdad?–preguntó sentándose.

Madison iba a protestar pero no la dejé.
No hagas más problemas Madd.

–En parte es cierto, pero ella comenzó todo–la señalé.

–No me importa quién haya empezando todo, ya no tienen cinco años para tener esa excusa, ¿Eso sucedió o no?–impuso.

–Sí...–susurré.

–No quiero esa clase de comportamiento en mi escuela, y lo lamento mucho chicas, pero están suspendidas–apuntó a Madison y Danielle.

NO A MI. ¿Saben lo que es felicidad? Esto.

–Y bueno, el siguiente tema, Blake Clark–lo mencionó y este se removió incómodo–Sí no son tus visitas es tu expulsión, ¿Qué hago contigo Blake?
Hoy me dijeron que estabas con Alexandra, en un camarín, con poca ropa–mencionó.

Abrí mis ojos asombrada, ya seguramente me puse tan roja como un tomate, pero la cara de Blake fue de espanto.

–No eres de esta escuela Blake, no puedo expulsarte por segunda vez, pero sí puedo llamar a sus padres. Son unos corruptos ¿cómo se dignan a hacer algo así en mi escuela?

–Director no es lo que ustedes piensa, todo tiene una explicación razonable.

–Suspendida Curie, espero ver a sus padres aquí pasado mañana, y haremos el acuerdo hasta cuándo será la suspensión–dijo y firmó algo–Vayan a sus casas.

Me van a asesinar en mi casa.

/Beautiful Kind/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora