CAPÍTULO 1

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[Editado]

Si algo odiaba de mi hermana era su insistencia, no podía decirle que no. Eramos mellizos y en lo único en lo que nos parecíamos era en el color del cabello castaño y en los ojos de color verde, fuera de eso éramos opuestos, nuestro carácter era distinto.

—¡Te dije que no! —exclamé molesto—. ¡Deja de insistir!.

—¡Por favor! —continuó insistiendo sin soltar mi brazo.

Debería estar tranquilo en mi habitación viendo una película, disfrutando del último día de vacaciones y en lugar de eso me encontraba en la cafetería en la que trabajaba mi hermana, me hizo una llamada a medio día para que fuera a verla a su lugar de trabajo, pensé que me daría un café gratis o algo de comer y resulta que solo quería verme para que la remplazara ya que ella iba a asistir a una reunión con sus amigas "fujoshis".

—¿Por qué no pides la tarde libre? —le sugerí.

—Lo hice hace dos semanas, si lo hago también hoy mi jefe me pagará menos y necesito el dinero.

—No asistir a una reunión una vez no te matará.

—Sucede una vez al año y quiero comprar muchos recuerdos —hizo un puchero.

La observé con confusión.

—¿Necesitas dinero para gastarlo en recuerdos?

—Usaré mis ahorros —sonrió con inocencia—. Hagamos una cosa, tu me cubres hoy y yo a cambio podría conseguirte una cita con Laura.

Laura era una de sus amigas, una chica muy linda, cada vez que quería invitarla a salir mi hermana siempre nos interrumpía.

—Creí que me querías lejos de ella.

—Así es, pero una cita no hará que se interese en ti.

Arquee una ceja.

—No le habrás dicho cosas malas de mí ¿verdad?

—Nunca haría eso —negó con la cabeza—. ¿Tenemos un trato? —asentí no muy convencido—. Eres el mejor.

—No es para tanto —la aparté con un pequeño empujón—. ¿Qué debo hacer?

—Solo tienes que entregar los pedidos y no vayas a tropezar y a derramar café sobre la cabeza de algún cliente —me advirtió con su cara seria.

Puse los ojos en blanco.

—No soy idiota.

—No eres idiota, pero eres despistado.

Chasquee la lengua.

—Vete antes de que me arrepienta.

—Hablaré con mi jefe, mientras ve a cambiarte.

Me llevó hasta el vestidor de empleados y me entregó el uniforme que consistía de una camisa blanca, pantalón de tela negro y delantal del mismo color.

Cuando terminé de cambiarme mi hermana ya se había marchado, limpié mesas y entregué pedidos de café y malteadas, era un día tranquilo y no habían muchos clientes. Nada podía salir mal.

—Alex —Liam, el compañero de mi hermana me llamó desde la barra.

—¿Qué sucede?

—Entrega estos batidos a la mesa de los jóvenes del fondo.

—¿A los ruidosos?

—Sí y también pídeles amablemente que bajen la voz.

Tomé la bandeja con los batidos y camine hacia ellos, no conté con que una de las niñas de uno de los clientes corriera hacia donde estaba, por un intento de esquivarla para no tropezar con ella y lastimarla, derramé los cuatro batidos en la cabeza de uno de los cuatro jóvenes ruidosos a los que les iba a entregar los batidos.

I Feel The Same As You [Editando] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora