CAPÍTULO 12

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UN BESO PODRÍA FUNCIONAR.

Cuando se lo conté mi madre sonrió y fue como si un peso que estaba sobre mí desapareciera. No estaba molesta y eso era un alivio para mí.

—Ya lo imaginaba —habló mi madre—. La manera en la que miras a Mike y cómo él te mira a ti lo decía todo.

—¿No estás molesta?

—¿Por qué lo estaría? Si te gusta un chico o una chicha da igual, sólo quiero que mis hijos sean felices y si Mike te hace feliz no me voy a oponer o me voy a molestar por eso.

Caminé hacia mi madre y la abracé.

—Gracias, te quiero mucho mamá.

—Yo también te quiero, hijo.

—Y yo también la quiero suegra —Mike se acercó y lo aparte de inmediato.

—No la llames suegra.

—Está bien —asintió—. Puedo llamarla mamá.

Lo miré mal.

—¡Ella no es...!

—Estoy bien con que me llames mamá —sonrió mi madre.

Mike sonrió triunfante y no pude hacer nada para borrarle esa sonrisa.

—¿Me perdí de algo? —preguntó Paola entrando por la puerta.

Le conté a Paola que Mike era mi novio, ella se puso contenta y lo llamó cuñado, mi madre invitó a Mike para que se quedará a comer con nosotros, lo trataba como a su propio hijo, y se olvidó de mí por completo. Cuando terminamos de almorzar Mike y yo subimos a mi habitación para poder estar solos sin las miradas que nos lanzaban mis hermanas.

-Todo resultó bien -sonreí y deje mi mochila sobre la cama.

Mike se acercó y tomó mi rostro en sus manos, observándome unos segundos.

-Tienes ojeras.

-No pude dormir bien, me pase la noche pensando en cómo reaccionaria mi madre.

Me soltó y se tumbó en mi cama, dio palmaditas en el espacio vacío para que me acostara a su lado.

-Intenta dormir ahora.

-Puedo hacerlo durante la noche.

-Si pero durante la noche yo ya no voy a estar aquí contigo.

Sonreí y me acosté a su lado, lo abracé y él enredó sus dedos en mi cabello, acariciándome la cabeza como si fuera un niño. Acaricie su abdomen por encima de la tela de su camiseta y deslice mi mano lentamente hacia sus pantalones, Mike, al comprender lo que pretendía me detuvo.

-No hagas eso -dijo con los ojos cerrados-. Tienes que dormir para desaparecer esas ojeras.

-No tengo sueño -me aparté y me subí a hurtadillas sobre él, apoyando mis manos a los costados de su cabeza-. Quiero hacer otra cosa mejor que dormir.

Mike abrió los ojos y ladeó una sonrisa.

-¿Te volviste adicto al sexo? -preguntó al mismo tiempo que ponía sus manos en mi cintura.

-Sólo si es contigo, no te importó que tus padres estuvieran en tu casa, incluso me pusiste un bolígrafo en la boca.

-Eso no te molestó.

-Ahora yo quiero hacerlo y lo haremos.

-Bueno, antes tienes que convencerme -dijo con una sonrisa pícara.

-Lo haré -me acomodé y bajé un poco sus pantalones junto con su bóxer, con mi lengua hice círculos en la punta de su miembro, y luego lo metí a mi boca y comencé a succionarlo.

I Feel The Same As You [Editando] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora