CAPÍTULO 2

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[Editado]

ALEX.

Era el primer día de clases y yo ya me sentía mentalmente agotado, en la primera clase estaba distraído haciendo garabatos en mi cuaderno y en la segunda clase casi me quedo dormido, de no ser por el timbre que sonó anunciando el receso, guardé mis cosas y salí del salón, mientras me dirigía a la cafetería me encontré con Alan, mi mejor y único amigo, prácticamente conocía cada detalle de mi vida.

—Luces como si fueras a morir —comentó.

—No es para tanto, necesito beber algo helado y estaré bien.

—¿No dormiste bien?

—Algo así.

–Si continúas así tendremos que hablar seriamente.

–Suenas igual a mi madre -solté una pequeña risa-. No vuelvas a decir eso.

—Trataré de evitarlo.

Llegamos a la cafetería y compramos una  pizza para mí, una hamburguesa para Alan y por supuesto dos gaseosas con hielo, nos sentamos en la mesa de en medio que era la quiempre ocupábamos.

—Ayer mi hermana me dijo que me conseguirá una cita con Laura, creo que me mintió porque esta mañana se hizo a la desentendida.

—¿Con Laura su amiga? —preguntó condundido y yo asentí—. Ya veo... Que bien.

Lo miré extrañado, parecía desanimado.

—¿Dije algo malo?

—No importa —le dio un mordisco a su hamburguesa y negó con la cabeza.

—Si no importa borra esa expresión de cachorro herido o voy a patearte.

—¿Me dijiste perro? —preguntó haciéndose el ofendido.

—Dije cachorro.

—Es lo mismo.

Chasquee la lengua y volví a preguntar si le ocurría algo malo. No me gustaba estar adivinando, y si me importaba saber era porque él era mi mejor amigo, desde el momento en que lo conocí me ayudó aún sin conocerme e importarle lo que había hecho y yo quería hacer lo mismo por él.

—También me gusta Laura –confesó finalmente—. Durante las vacaciones coincidimos en la misma clase de nivelación en física y me empezó a gustar.

No me molestó que también le gustara, Laura era bonita y carismática, me gustaba pero no para tener una relación con ella o iniciar una pelea con un amigo.

—Le diré a Danna que consiga esa cita para ti.

—¿De verdad? —sonrió sin disimular su emoción—, ¿no te molestó lo que dije?

—No, pero si estás agradecido por eso mañana pagas mi almuerzo.

—El de mañana y el de toda la semana si así lo quieres.

Sonreí.

Danna llegó y se sentó con nosotros, lo hacía de vez en cuando, si no estaba con nosotros estaba con sus amigas.

—Por curiosidad ¿por qué estás tan sonriente? —le preguntó a nuestro amigo.

—Yo te lo digo –respondí antes de que mi amigo lo hiciera—. Ayer dijiste que me conseguirás una cita con Laura, quiero que la cita sea para Alan.

—¿Crees que mi amiga es mercancía? —preguntó disgustada.

—Pasé la cita, no a tu amiga y fuiste tú quién dijo que conseguiría esa cita —le recordé—. Si no lo haces no volveré a ayudarte nunca.

I Feel The Same As You [Editando] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora