CAPÍTULO 4

277 23 1
                                    

[Editado]

ALEX.

El campamento estaba a poco más de diez minutos, caminábamos por el bosque en silencio, solo podíamos escuchar el ruido de algunas ramas rompiéndose con cada paso que dábamos, el ruido del viento al soplar, las hojas moviéndose y también el sonido de algunas aves aleteando en algún árbol, de no ser por la escasa luz de la linterna alumbrando nuestro camino y también la desagradable compañía de Mike, ya me habría muerto del miedo, todo el lugar era aterrador durante la noche, ya no sabía si estábamos yendo por la dirección correcta, a mi mente llegaron algunas escenas de películas de terror que sucedían en bosques, un asesino observando cada paso que dábamos o un demonio tratando de poseer nuestro cuerpo, iba distraído tratando de no pensar en todo eso que no fije en donde pisaba y terminé tropezando con una piedra.

—Ten más cuidado —Mike me sujetó de la cintura antes de que me cayera—. ¿Eres ciego? Fíjate por donde caminas.

—Eso hacia —lo aparté con un empujón.

Metí las manos a los bolsillos porque de alguna forma eso disminuia mi miedo.

—¿Estás asustado? —preguntó Mike divertido.

—¡Claro que no! —negué de inmediato—. Tengo un poco de frío, es todo.

Continuamos caminando en silencio hasta que Mike se detuvo repentinamente.

—¿Por qué te detienes?

—Creí ver algo por allá —alumbró hacia los arbustos a unos cuantos metros, pero yo no había nada—. Hay alguien ahí.

Me acerqué un poco observando detenidamente y seguía sin ver nada, solo hojas.

—No veo na...

—¡La Llorona! —gritó detrás de mí.

Pegué un brinco del susto y me escondí detrás de él, mi corazón estaba acelerado del susto y mi respiración también, como si hubiera corrido. Mike soltó una carcajada segundos después, entonces comprendí que su intención era asustarme y lo había logrado.

—¡Maldito imbécil! —lo golpeé fuertemente en el hombro y la risa se esfumó.

—¡Eso dolió! —me miró mal—. Fue una broma.

—¡No fue gracioso! —le arrebate la linterna y me apresuré para llegar al campamento.

Nuevamente volvimos a caminar en silencio, esos diez minutos para llegar al campamento se me hacían eternos.

—¿Sabes? No deberías juzgar a las personas sin conocerlas.

—¿A qué te refieres? —pregunté aún estando de mal humor.

—Mi hermano, no lo conoces.

—Y no quiero conocerlo, creí que tampoco querías que tu hermano saliera con mi hermana.

—No estoy de acuerdo —admitió—, pero no puedo separarlos solo porque no me agrades, además no es que se vayan a casar.

—¿Y si lo hicieran?

Me miró como si yo fuera un tonto.

—¿Cuántos años tiene Danna?

—Dieciséis.

—Zander tiene dieciocho, para casarse tendría que esperar a que Danna tenga al menos veinticuatro años y para eso aún faltan unos años —explicó—, mi hermano se irá a la universidad y conocerá a otras chicas, luego se enamorará de alguna de ellas y entonces se casará.

—¿Y qué hay de mi hermana?—cuestioné molesto—. ¿La  deja con el corazón roto sin importarle?

—Se le pasará en algún momento aunque también puede que sea tu hermana quien deje a Zander.

I Feel The Same As You [Editando] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora