Secret Love Song/(CRISMES)

Capitulo 4

-Oh, James, Querido ¡Que alegría me da verte de nuevo!-Dijo una emocionada Dolores mientras abrazaba su "hijo adoptado". Eso era James Rodríguez para la familia Dos Santos Aveiro. Pues, desde que James había llegado a la vida de Cristiano, su manera de ver las cosas había cambiado notoriamente, tanto en el ámbito profesional como el ámbito familiar. Dolores estaba inmensamente agradecida por ello.

-A mi tambien me da mucho gusto verte Dolores- Contestó un James sonriente-¿Como estas?.

-Bastante bien, aunque me siento olvidada por ti. Ya no nos vienes a visitar mucho.

-Si, bueno- Contestó un sonrojado James- Lleno de bastante trabajo, pero prometo venir más.

-Eso me alegra querido.

-¿Y Salo?,Cris me dijo que estaba acá- Dijo mientras se rascaba la cabeza, un poco apenado por la situación.

-Oh si...¡MANUELAL!,¡CARIÑO!¡JAMES YA ESTÁ ACÁ!, esta niña..-Rieron los dos- Seguro está enredada con los dos, pero mira, aca esta la ropa de Salomé- Decía la mujer mientras le entregaba la ropa de la niña en sus manos- Recién sacada de la secadora, pero le dije a Cris que mejor te dijera que le trajeras ropa limpia. ¿La tienes?.

-Si, aca esta- Decía el colombiano mientras le mostraba su mochila- Muchas gracias Dolores, sos un angel.

-Ni te moleste cariño-Dijo la mujer mientras le guiñaba un ojo- Manuela la está cambiando en la habitación que está al fondo del pasillo. Adelante, estás en tu casa.

James caminó sonriente por los pasillos de la gran mansión de los Ronaldo, no obstante, no se había percatado que un cuerpo en dirección contraria viena caminando distraído. Por lo que chocó con este cayendo el suyo de espalda. Sus reflejos reaccionar tarde por lo que espero el golpe en la cabeza, sin embargo este no llegó. James fue consciente que un cuerpo varonil, bastante tonificado por el ejercicio se encontraba encima del suyo, sus ojos repararon el pecho mojado del cuerpo que conocía a la perfección. James no podía dejar de admirar como cada gota de agua recorría el cuerpo bronceado y tonificado que se encontraba encima de él, hasta que finalmente sus ojos se posaron en aquellos ojos chocolate que tanto lo admiraban.

Cristiano no podía dejar de admirar las pequeñas pecas que adornaban la nariz de su James, hasta que sus ojos se posaron en esos sonrojados labios, tragó un poco de saliva y lo miró a los ojos.

-¿E..Estás bien?.-Preguntó con voz entrecortada Cristiano, el fuego y las ganas de probar esos labios con los cuales soñaba cada noche, estaba otra vez apoderándose de su cuerpo de nuevo. James solo asintió aun aturdido por la situación, un leve sonrojo empezó

a pronunciarse en sus mejillas, Cristiano se levantó de rapidez mientras ayudaba a James repetir su acción.

-Yo..Yo iba a llevarle esto a Salo..Y..Oh Dios Cris- Dijo James mirando hacia otro lado-Yo, Solo.. Lo siento mucho Cris.

-Hey, No pasa nada, después de todo, ya hay confianza- Dijo un Cristiano mostrando su perfecta sonrisa a su mejor amigo y le daba un codazo amistoso. A pesar que para el también resultaba incómodo esa situación. James lo volvió a mirar, sin embargo, su mirada era diferente..Como si quisiera hablar con ella. Sin decir palabra alguna.

Cristiano volvió a tragar saliva, un poco nervioso por reaccionar de manera indebida teniendo al chico de su corazón en frente de el. Suspiro.

-Salomé está en el cuarto de Junior, el que se encuentra a la izquierda.

-Ahh-  Asintió James un poco confundido- gracias hermano.

-Cuando quieras-Se encogió de hombros el portugués, mientras le daba unas palmaditas en la espalda y se alejaba hacia su habitación.

Al llegar a esta, Cristiano gritó de frustración dejando caer su cuerpo en la grande y fría cama que adornaba su habitación principal. "Estuve a punto de besar sus labios de nuevo" pensó cerrando sus ojos, quienes inevitablemente le volvían a recordar el suceso anterior.

-¿Qué me estás haciendo, James David?-fue lo último que pudo pronunciar antes de caer en los brazos de morfeo... perdiéndose entre sus sueños, en el que el protagonista siempre resultaba ser un chico colombiano de veinticinco años, regalándole los momentos que en la vida real jamás podrá tener junto a el......