Savage ➼ Negan (Editando)

➳Seis

《Pesadillas》

Puedo sentirlo exactamente como en la primera vez.

Como si estuviera viviendo lo mismo otra vez, nuevamente.

Mi piel erizada al completo, las pupilas dilatadas, el sabor metálico de mi propia sangre en la boca, goteando hacia el suelo a través de mis dedos.

Uno, dos, tres.

Y entonces, antes de poder entender algo, me despierto.

Estoy en una cama, sana y salva.

Pero a pesar de todo teniendo la inquebrantable certeza de que algo está cerca.

Como la sospechosa calma antes de que una gran tormenta sacuda el lugar por completo.

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Katie y yo no hemos estado juntas desde la última vez, la vez en la que ella se confesó y tuve que rechazarla intentando no ser dura. Ella se sentía dolida, ofendida. Y  en realidad yo lo entendía, sin embargo no podía hacer nada.

Estaba segura de que ella se acercaría de nuevo cuando entendiera las cosas, y es por ello que simplemente no quise forzar ningún encuentro.

Ella no estaba lista.

Y supongo que yo tampoco.

Y es por todo esto anteriormente dicho que fue en realidad sorpresivo cuando esta mañana ella simplemente apareció en mi puerta, con una sonrisa y postura relajada.

Katie parecía haberlo superado rápidamente y con gran madurez, lo que en realidad fue de ayuda en las primeras horas del día.

Pero luego noto algo extraño.

Y Katie no sería Katie si no quisiera saberlo todo.

Todo el tiempo.

- No quiero hablar contigo sobre mis pesadillas sin sentido - susurre, subiendo rápidamente las escaleras para huir, cansada de su insistencia.

- Pareces un poco asustada para que solo sean pesadillas sin sentido - ella habló, siguiéndome con facilidad.- Vamos, Adelaida - se quejo.

- No había vuelto a pasar - asegure, tragando saliva en un corto momento de debilidad.- Tú sabes que eso no me pasa desde - me interrumpí a mi misma, suspirando.

- Desde la prisión - murmuró ella, terminando la oración por mi.

- No quiero recordarlo, Katie - sisee.

- Pero tu mente lo hace - discutió, acercándose a mi.

- No te dije de esto para que hagas de psicóloga - balbuceé, entre dientes.

- No quiero hacer de psicóloga - aseguró.- Pero tampoco puedo hacer como si no estuviera pasando nada - asentí.

Katie tenía razón.

¿Pero qué otra cosa podía hacer?

- Estoy bien - le aseguré.- Me siento muy bien ¿entiendes? - la vi asentir, levemente insegura.