Savage ➼ Negan (Editando)

➳Ocho

《Frialdad》

Me mantengo quieta en mi lugar observando con verdadero desinterés la reja de entrada, algunos corren como pequeñas hormigas asustadas, listos para ser serviciales y buenos cachorros, pero yo me quedo en mi puesto y a penas me inmuto mientras una sonrisa burlona se forma en mis labios.

Carl se muestra fastidiado a mi lado, rodeando los ojos y bufando algunas cuantas groserías dignas de un Grimes, sin embargo algo de mi diversión se disipa cuando veo como Negan le sonríe con burla a Enid al abrirse la puerta de entrada y luego entra, propinándole un leve empujón que logra hacer a mi hermano intentar avanzar.

- Quieto, Carl - le advertí en un bajo gruñido que lo hizo quedarse tieso y molesto en su lugar a pesar de todo.- Yo lo arreglo - mi hermano asiente a regañadientes, siguiendo rápidamente a la chica que le gusta cuando esta literalmente huye.

- Buenos días, Negan - lo saludo con clara frialdad sarcástica, aunque su sonrisa burlona ni siquiera se tambalea.

- Supongo que tu padre no esta - él murmura, observando los alrededores con la misma cara petulante de siempre.

- Así es - le confirmo con frialdad.- Pero acabemos con las formalidades - murmure.- Todas tus cosas están listas, puedes llevártelas, adiós - le doy rápidamente la espalda, y entonces lo escucho hacer un leve sonido con la lengua, negando en voz alta.

- No, no, Adelaida - lo escucho decir, con tono juguetón.- Muéstrame donde están - aprieto mis labios y me muerdo la lengua, mirándolo con molestia por largos segundos antes de tener que asentir.

- Sígueme - lo acepto a regañadientes, comenzando a caminar más adelantada a él sin siquiera darle importancia a si me sigue o no.

- Siempre lo he dicho, pero debo repetirlo una vez más.- susurro.- Eres mucho más eficiente que Rick y eso, eso es realmente admirable - habla asintiendo para si mismo mientras sus hombres entran al almacén para llevarse lo que deben.

Mis cejas se alzan mientras lo observo en silencio, ladeando la cabeza con claro desinterés ante sus palabras.

- ¿Sabes? - le pregunte, sonriendo.- Ese dato hubiese estado fenomenal si te lo hubiera preguntado.- continúe, poniéndome seria.- No vine para que me hablaras, así que guárdate tus comentarios, no me interesan - sonríe de lado con sorna.

- Muñeca - se burla con tono frio.- Creí que lo que paso la otra vez te había enseñado a tratarme con respeto - mi sonrisa se ladea pero me mantengo en silencio a pesar de todo.- ¡De eso estoy hablando! - exclama luciendo satisfecho.- ¿Puedes notar como estando en silencio te ves mucho mejor? - me permito entrecerrar los ojos, algo molesta.

Y entonces le dedico una mirada de desagrado cuando su mano se mueve hacia mi rostro y luego me da una palmada sobre la mejilla.

- No me toques - le advierto, con frialdad.

El tipo parece fastidiado en cuanto ve el brillo rabioso en mis ojos, y entonces lo veo apretar una de sus manos alrededor del mango del bate.

- ¿Comenzamos de nuevo? - pregunta, ladeando su cabeza para observarme fijamente a los ojos.- Vamos, cariño, no seas grosera - le devuelvo la mirada en silencio, lamiéndome los labios de forma algo nerviosa cuando acerca el jodido bate a mi rostro.

Puedo notar su mirada fijarse en el pequeño gesto que hago con la lengua por los segundos en los que este dura, y luego los dos volvemos a mirarnos el uno al otro, en completo silencio.

- No voy a tolerar las faltas de respeto y mucho menos que intenten darme ordenes - me mantuve en silencio.- No aceptare que tu creas tener el mando, cariño, porque te aseguro que yo soy el jefe aquí - vuelvo a lamerme los labios, tragando saliva y sintiendo mi corazón latir sin control cuando se inclina cortamente hacia mi.