― ¿Qué ha sido eso? ―preguntó alarmado, casi cayendo de su camilla, Emma y la enfermera soltaron carcajadas al ver su reacción.
―No despertabas, la enfermera Linda y yo esperábamos que lo hicieras por tu cuenta, pero, honestamente, ambas empezábamos a tener hambre. ―dijo Emma, Emmett la miró aliviado, abrazándola con fuerza, pero Emma lo miró extraño mientras se separaba de su apretado e incómodo abrazo.
― ¿Muestras de afecto sin peticiones ridículas? Pronto, ¿Qué día es hoy? ―preguntó Emma alarmada.
Pero Emmett reía a la vez que jugaba con el cabello de su hermana, fastidiándola. Emma rodó los ojos hacia él, acomodándolo nuevamente.
―Pensé que estabas muriendo o algo similar, y después, todo lo que supe fue que... no tenía fuerzas. ―dijo Emmett. Emma le miró con dulzura, ¿se había preocupado por ella? << ¿Quién lo diría? >>
―Solo fue un desmayo, la enfermera Linda llegó al rato de escuchar a Momo ladrando, por suerte no duró demasiado, cuando desperté me preguntó si había comido y dormido bien, la respuesta te sorprenderá, ―dijo Emma con sarcasmo y gracia.
―Tu hermana está bien, solo necesita comer y dormir mejor, mucho mejor. ―dijo mirando las ojeras oscuras que adornaban el rostro de Emma―. En cuanto a ti, parece ser que esa fue tu reacción ante la situación de estrés que fue ver a tu hermana en ese estado, estarás bien, ambos pueden llevarse una paleta.
― ¿Oíste eso Emmett? ¡Paletas gratis! ―dijo Emma con una sonrisa.
Pero Emmett aún estaba un poco tenso por la situación, su hermana nunca había pasado por algo así antes.
― ¿Quieres una paleta? ―le preguntó Emma. Tomando la suya y comiéndola, se esforzó por mantenerse en pie, aún se encontraba un poco mareada, pero no parecía un buen momento para decirlo, Emmett no respondió y Emma guardó la paleta de su hermano en su bolsillo trasero―. Como sea, muchas gracias enfermera Linda, ya debemos irnos.
― ¿Desde cuándo amas tanto las paletas? ―preguntó Emmett sorprendido, mientras salía de enfermería.
―Desde que mi tonto hermano no me dejó desayunar y mi nivel de azúcar está por el piso, espero no te importe que me coma tu paleta también, lo necesito. ―respondió Emma caminando frente a él, Emmett se encogió de hombros, no le importaba.
―Tranquila, oye ¿Qué hora es? ―preguntó Emmett, deteniéndose a observar su reloj―. Oh no, necesitaba la clase de matemáticas.
―Lo sé, podemos pedirle los apuntes a Ellie, después de todo no se negaría a ayudarte, ―dijo Emma.
Emmett la miró con fastidio, siempre lo molestaba con eso, Ellie era su vecina, y la chica que le gustaba desde que tenía uso de razón.
―Creo que me estoy retractando de dejarte mi paleta, ―Emma sonrío mientras volteaba a verlo y se comía la otra paleta.
―Ahora vamos bella durmiente, tu príncipe aguarda, además no queremos llegar tarde a física, ―dijo halándole del brazo, Emmett la detuvo.
―Me alegra que estés bien Emma, en serio me asustaste, ―dijo Emmett, Emma lo miró y suspiró, no había querido hablar de eso, no le gustaba ver a su hermano preocupado.
―Lamento haberte asustado, no pensé que... quiero decir... nunca me había pasado nada así, supongo que tendré que hacerte caso y dormir bien. ―dijo Emma con pesar, tensa.
―Así que esa es la clave para que me des la razón, desmayarte, vaya, desearía que te desmayaras más a menudo. ―dijo Emmett bromeando, su hermana no parecía querer hablar de ello y no iba a obligarla.
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Ascendums: Una historia mágica...
FantasyEmma vive atormentada por sueños oscuros y misteriosos, donde voces susurrantes recitan secretos incomprensibles. Su vida, marcada por la mentira de sus padres, se ve sacudida por la llegada de una carta anónima que revela verdades ocultas. La carta...