Capítulo 28

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Amanecí dentro del edredón con el libreto de las canciones debajo de mi brazo.
Me quedé así unos minutos, intentando disfrutar de la tranquilidad de la mañana, del silencio.
Hace mucho tiempo que no descanso como debo, que no duermo las ocho horas, que no amanezco con una sonrisa que no sea fingida, hace mucho tiempo que mi mente no descansa de todo aquello que se la pasa pensando día y noche, de cosas que ni siquiera valen la pena recordar o pensar, pero que no lo dejará a un lado si yo no hago primero.

—¡Feliz Cumpleaños!— entró Jack haciéndome brincar del susto, esa tranquilidad de la que disfrutaba se había ido.— ¿Cómo está la ya no adolescente?

Me reí y negué con la cabeza divertida.

—La adolescencia suele terminarse hasta los diecinueve o veinte.— Ruth entró a la habitación con un lindo pastel— Feliz cumpleaños Cami.

—¿Eso quiere decir que la adolescente rebelde aún no sé irá?— él rió.

—Para tu mala suerte no.— sonreí — Gracias chicos, de verdad. No esperaba esto.

—Oh, calla.— Jack se acercó a mi y besó mi frente.— me siento afortunado de poder pasar este día contigo corazón.

—Digo lo mismo— sonreí — por ambos, en serio. No puedo imaginarme este día si siguiera viviendo con Norma. Gracias.

—No hay nada de que agradecer cariño, estamos felices de que estés con nosotros.— Ruth se acercó a mi y me dio un fuerte abrazo.

—Tener a mis tres chicas juntas me hace más feliz.— continuó Jack mirando la barriga de Ruth.— pero bueno, a lo que venimos Camila.— se levantó de la cama y caminó hacia la comoda, tomó una bolsa de un tamaño grande y se aproximó a mi.— ahí vienen ambos regalos.— me la dio— solamente que la bolsa era demasiado grande para meter sólo uno.

Ambos reímos.

—No era necesario pero, gracias papá. Gracias a ambos.— les sonreí.

—Ven aquí. — me tomó de los hombros y me abrazó.— sabes que te quiero ¿Cierto?

—Asentí— lo sé. Tambien te quiero.

—¡A partir el pastel entonces!— exclamó— iré por las velas.

Asentimos, él salió por la puerta.

—¿Ya las terminaste?— escuché decir a Ruth.

—¿Qué?— fruncí el ceño.

—Las canciones linda.— señaló el libreto.— ¿Puedo leerlas?

Las miré un segundo, pensando si sería una buena idea.

—Sí ¿Por qué no?— le sonreí y le extendí el libreto.— las terminé y no tengo idea de cuándo, me las sé de memoria. — reí irónica.

—Te recuerdan a él, claro que lo sabes.— hizo media sonrisa y guardo el libreto.

No supe que contestar así que no lo hice.

—Hey, chicas ¿Las dieciocho velas son necesarias?— preguntó Jack entrando.— ¿y si le ponemos fósforos para las que faltan?

Narra Derek.

Lo único que pensé al despertar fue en ella, lo único que pensé al dormir también fue ella. No puedo pensar en otra cosa desde que la conocí, desafortunadamente soy de esa clase de personas.
Dieciocho años, Camila cumple dieciocho años y me estoy muriendo por intentar no acercarme a ella. Quiero abrazarla, besarla y no soltarla nunca, quiero que olvide todo esto y que sólo sea mia. Quiero estar junto a ella hoy, quiero verla sonreir, y decirle todo lo que tengo para ella. Sólo espero le haya gustado el obsequio.

Mi Hermanastro| Temporada 2.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora