Sola, triste, culpable, agresiva, desesperada, impotente y débil es como me siento, es como me he sentido durante estos cinco días.
La depresión me atrapó en el peor momento, en el momento en que debía estar bien y levantarme, en el momento que debía comenzar de nuevo y no volver al suelo, cuando tenía que olvidarme de todo esto y hacer borrón y cuenta nueva a mi vida, desafortunadamente la felicidad no quiere estar de mi lado.
Me siento sola, no sé nada de Dylan, no ha llamado ni enviado mensaje, no sé como es que Delanie se encuentre, si ya se recuperó o sigue internada, tampoco sé nada de mi madre, como es que ella se encuentra, si es que finge no tener una hija o si siente un poco de remordimiento. No hablaré de Derek porque en estos cinco días no he echo más que pensarlo día y noche, despierta o durmiendo, y eso no me está ayudando en nada. Me siento mal, no sé como es que hago sentir a Jack. Sé que soy una carga para él; se levanta y lo primero que hace es preguntar en la puerta de la habitación si me encuentro bien, le respondo que sí como todos las mañanas, desayuna y me ofrece de lo que prepara para el desayuno, algunos días yo me niego y algunos otros lo acepto ya que mi última comida fue la mañana anterior, él se va, Ruth me atiende o está al pendiente de mi, él regresa y yo estoy durmiendo. Insiste e insiste en que yo salga de la habitación, en que visite a Delanie y su hermano, en que termine de salir de este maldito agujero. Mis únicas respuestas para él son fríos y dolorosos "dejame en paz". Él no se merece que yo le esté haciendo esto, lo entiendo, ha hecho mucho por mi, el estar aguantando mi rebeldía es algo increíblemente admirable, y no es justo que le esté pagando así.Me levanto de la cama, son las cinco de la mañana hora en la que despierto. Salgo sigilosamente hacia el baño que se encuentra frente la habitación en la que estoy y cierro la puerta antes de escuchar el llamado de alguno de ellos.
Cerré la puerta colocando el seguro de adentro y me senté a hacer mis necesidades, me levanté y me miré al espejo el cual se encontraba iluminado con algunos focos, colaboraba en ver lo horrorosa que estaba. Tenía las ojeras más marcadas que nunca, y es que en lugar de dormir de más, dormía sólo tres horas diarias y por más sueño que tenía en el transcurso del día no podía dormir.
Los huesos de las caderas, las costillas y mis clavículas se me notaban más. Y me pareció ridículo ya que sólo habían pasado cinco días, cinco días comiendo una comida diaria.
Me levanté mi cabello largo y descuidado en un chongo bastante despeinado, lavé mi rostro con agua helada para despertar y salí del baño.
—Espera.— me habló Jack, no pude seguir. Me detuve.
Lo miré fijó, se acercó a mi con lastima y me miró de pies a cabeza.
—¿Tienes hambre?
—No.— reí por lo bajo.
—Yo sí ¿Quieres acompañarme?— señaló la cocina.
Lo miré unos segundos, tenía una sonrisa de oreja a oreja. No podía decirle que no.
Me guió hasta la cocina de la mano.
Me dijo que me sentara en la barra y eso hice.—¿Por qué estás despierto?— le pregunté — siempre te levantas a las siete.
—No he podido dormir.— abrió la nevera— mi cabeza no para de dar vueltas.— sacó un cartón de huevos de este.
—¿Por qué? ¿Ruth está mal?
—No, ella está perfecta.— sonrió — es la mejor etapa del embarazo según ella.
—Falta poco.— intenté sonreí.
—Lo sé, estoy emocionado.
—Sólo no la abandones— hablé sin pensarlo.
Él me miró incómodo y me dio la espalda para soltar un huevo en una sartén.
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Mi Hermanastro| Temporada 2.
Genç KurguCamila Blake. 17 años, tiene un pasado que no le gusta recordar, un presente que creyó diferente, y tendrá un futuro que no será diferente. Derek Parker. 19 años. Su padre está casado con una mala mujer, él y Camila son hermanastros desde hace...