Abrí la puerta principal agresiva, creyendo que ni James ni Norma estarían ahí. Pero nunca es lo que creo, debería aprender a no hacer las cosas sin antes estar segura.
—¿Dónde estaban?— me preguntó Norma acercándose a mi peligrosamente.
—Cogiendo en un motel.— dije irónica.
Río burlona.
—Estoy segura de que él no volvería a acostarse contigo ni aunque le dieran todo el dinero del mundo.
—Ya lo hice una vez con él ¿Crees que me quedan ganas de hacerlo de nuevo?— río — no es tan bueno como creen.
Okey, estoy molesta en este momento, debía decirlo. Lo haría cuantas veces fuera.
Derek entró por la puerta, James le hizo la misma pregunta y él la esquivó por completo. Caminó hacia las escaleras y las subió con James pisándole los pies.—Camila, me gustaría hablar contigo.
—¿Hablar o pelear?— tomé una banana del frutero.
—Hablar, civilizadamente, si tú cooperas en ello, claro.
—¿Sobre qué?— le di una mordida.
—Sabes perfectamente sobre qué.
—No lo sé, pero supongo lo sabré. — rasqué mi nuca— ¿Ahora?
—No, no.— desvío la mirada hacia su alrededor.— cuando vuelva del trabajo. James me dijo que habían desaparecido y volví.
—Está bien. Cuando quieras.
Lancé la cascara de la banana hacia el basurero pequeño y me lleve el resto conmigo.
Entré a mi habitación y cerré la puerta suspirando hondo, dándome un ligero masaje de cabeza.Recogí lo que tenía días sin recoger.
La habitación quedó más limpia y ordenada de como estaba tenía una mejor presentación.
En la mesita de noche dejé el reloj de arena junto con la pulsera colorida y el cuadro de mar. Tuve un poco de favoritismo con esos objetos, hablando de cuidado.Escuché que James y Norma ya habían salido dejando la casa en total silencio. Me preguntaba cómo estaría Derek, si aún se siente débil o si ya se siente mejor.
Bajé la basura que había sacado de la habitación a el cuarto de lavado, ya que ahí era donde la juntaban.
Le eché un vistazo a la cocina de vuelta y noté un agradable olor.
Entré a ella curiosa y miré dos charolas grandes de color blanco sobre la barra, me acerqué a ellas y las abrí cuidadosa, no me agradaría encontrar algo desagradable.En ambas se encontraba comida china; un poco de arroz con verduras, pollo y costillas agridulces, rollitos primavera, carne con vegetales y fideos. Lo que James siempre acostumbraba comer, aunque esta vez, parecía que nunca antes lo habían abierto. Así que aproveché y tomé un plato para llenarlo con un poco de todo, a excepción de los rollitos, nunca me han gustado. Tomé un tenedor y salí de la cocina, di unos cuantos pasos y después me detuve. Tal vez Derek esté hambriento, regresé y llené un segundo plato ahora sin costillas ya que sabía que no le agradaban, tomé un segundo tenedor y subí para después tocar ligeramente la puerta.
—¿Sí?— abrió la puerta un minuto después, bajó la mirada hacia los platos.
—Tienes hambre, ¿no?— le extendí el plato.
—Bueno.— lo recibió — gracias.
—Te lo debo.— me encogí de hombros.
Negó con la cabeza y miró su plato.
—Nunca me ha gustado comer solo ¿Quieres...?— señaló su habitación.
—Eh, bueno.— tartamudee.— Sí, está bien.
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Mi Hermanastro| Temporada 2.
Teen FictionCamila Blake. 17 años, tiene un pasado que no le gusta recordar, un presente que creyó diferente, y tendrá un futuro que no será diferente. Derek Parker. 19 años. Su padre está casado con una mala mujer, él y Camila son hermanastros desde hace...