Capítulo 30

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-¿Cómo es que puede estar tan tranquila?
¿Pasando el rato en familia como si fuese una buena madre?- murmuré para mi, mirando a Norma convivir con su familia. Tan alegre, tan cínica.

-No hagas caso hija, estamos divirtiéndonos ¿No es así?- dijo Jack abrazando a Ruth- ignoralos.

Suspiré irritada y asentí.

-Tienes razón papá.- le sonreí, él me sonrió de vuelta.

Tomé mi vaso que me habían servido y bebí un poco, era una bebida muy fuerte, no aguantaba demasiado. No seguí bebiendo, quería estar sobria toda la noche, presentía que algo interesante pasaría.

-Delanie se ve bien con ellos ¿No?

Me preguntó Dylan observando hacia la última mesa, Delanie se había ido a sentar para allá en cuanto vio a Samuel llegar. Estaba con Derek y el chico rubio que pareció encajar muy bien en ellos.

-Sí, se ve que se llevan bien.- le dije.-Está bien ¿No?

-No sé si la quieran ahí, ya me entiendes.

-Los conozco, sé como son Dylan, eso no pasa con ellos.- le sonreí.

-Sólo que, me asusta que vuelva a recaer.

-Nada le pasará si estás con ella.- acaricié su cabello.

-De verdad eso espero, que sea eterna.- me sonrió y dio un pico.

-Lo sé. También yo.

Podía ver la mesa en dónde ellos estaban desde mi lugar, no era necesario moverme. Derek reía, sonreía y platicaba, pero no tenía el mismo semblante que yo recordada, se miraba triste aunque estuviese sonriendo, era como yo; no lograba ocultarlo. Era inevitable verlo, y es que él tenía su vista sobre mi todo el tiempo, su mirada me gritaba que lo mirara, mis intentos por no hacerlo eran fallidos al cien por cierto.

Una canción de cumbia comenzó a sonar, el centro del jardín empezó a recibir algunas parejas que querían bailar, entre ellas Jack y Ruth.

-¿Bailas?- me preguntó Dylan.

-¿Qué? Oh, no, no sé hacerlo.

-Por eso no te preocupes. - se levantó y se encogió de hombros - tampoco yo.

Me tomó de la mano despreocupado y me llevó hacia el centro, en dónde todos se encontraban ya bailando. Me acercó a él, me tomó de la cintura y dejó que el ritmo hiciera lo suyo. No tengo la mínima idea de dónde rayos habían salido mis pasos, nunca antes había bailado éste genero por más que quería, creí tener dos pies izquierdos siempre, he vivido engañada toda mi vida.
Dylan parecía ser un bailarín experto, hacía unas buenas maniobras con los brazos. No sé porque dijo que no sabía bailar, seguramente quería que le felicitara. Sí, seguro.

Así pasaron varias canciones hasta que Jack quiso bailar conmigo un par de canciones, después Ruth y al final Samuel. Aunque para ser sincera Samuel sabía moverse demasiado bien y yo fui la que quiso bailar más canciones con él hasta quedar satisfecha y cansada.

-Con que no sabías, eh.- Dylan golpeó ligeramente mi hombro, haciéndome burla.

-Eso era lo que yo creía. - Me serví un poco de agua natural y sonreí.

-Te mueves bien.- me guiñó un ojo.

-Callate.- me sonrojé.

El reloj marcaban las diez y media de la noche, y la gente aquí aún no sé iba. La música seguía y el baile aumentaba.
Tomé una bolsa de bombones de chocolates y me fui a tirar al césped, recargando mi torso en un árbol alto.
Dylan se encontraba bailando con Delanie y Samuel con Ruth ya que según ella ese niño sabía moverse bien. Y si que lo hacía.

Mi Hermanastro| Temporada 2.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora