Capítulo 6

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*Narra Vernon*

¿Qué planeaba hacer ahora?

Bueno, toda duda en mi mente desapareció cuando caminó, moviendo un poco sus caderas, a la parte cubierta por las cortinas a sus espaldas.

Deslizó lentamente la tela hasta que dejó ver un gran mueble con varias repisas de color chocolate.

¿Qué había en ellas?

Nada más y nada menos que cerca de 20 dildos de distintos tamaños y colores.

Los miré asombrado, mientras los demás comenzaban a gritar obscenidades como "¡¡¡Usa el más grande kitten!!!" o "¡Mi pene es mejor bebé!"

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Los miré asombrado, mientras los demás comenzaban a gritar obscenidades como "¡¡¡Usa el más grande kitten!!!" o "¡Mi pene es mejor bebé!".

Pero todo lo que yo escuchaba eran sólo susurros, puesto que toda mi atención estaba en cada uno de sus movimientos.

Con una cara un tanto coqueta, giró su rostro a dirección de nuestra mesa, fue cuando Mingyu se levantó y le hizo señas atrevidas, colocando su mano cerca de su boca y pasando su lengua por el interior de su mejilla, simulando una mamada.

Al parecer a "Kitten", como lo llamó aquel hombre de mas o menos 40 años, no le agradó del todo lo que hizo mi amigo, ya que hizo cara de asco y rápidamente le dio la espalda.

Juraba que estaba a punto de reírme fuerte, pero de pronto noté que tomó un dildo morado y regresó a su lugar anterior.

Cuando estuvo de nuevo acomodado cerca de las sabanas tendidas en el piso, subió lentamente su mano por su pierna derecha, logrando que su falda estuviera a la altura de su pecho, fue ahí cuando comenzó todo.

De repente su mano izquierda estaba dando pequeños toques sobre la tela en donde se encontraba su pene, que al fijar bien mi vista, noté que ya estaba un poco despierto.

Su toque era tan delicado que lograba ser extrañamente excitante para los espectadores, pasando su dedo cada vez más cerca del borde de la tanga que traía puesta.

Poco a poco fue bajando el borde, hasta que dejó ver el glande de su pene, el cual pude notar que era de tamaño promedio, gracias a lo que la ropa tan apretada me dejaba apreciar.

Dio un pequeño golpe sobre el glande, dejando escapar un pequeño gemido, que bien no fue tan alto, fue audible para mí.

Despues de eso, miro de nuevo a nuestfa mesa, parecía que buscaba algo en especial.

Pero mi vista no estaba en su rostro en esos momentos, ya que comenzó a hacer la tela a un lado, dejando escapar su miembro, ahora tomandolo con su mano derecha y dando suaves apretones.

Después de esto, alejó su mano y se tiró en el piso, abriendo sus piernas mientras dejaba su entrada de nuevo en mi vista.

Sin darme cuenta ya estaba masajeando mi pene aún bajo la tela de mi pantalón.

You are my kitten. [Verkwan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora