Capítulo 43

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*Narra SeungKwan* 

A algunas personas puede parecerles ridícula la manera en la que me portaba frente a Hansol, y sí, los entiendo totalmente. Casi siempre no me atrevo a mirarle a los ojos, le evado la mirada y bajo los hombros ante su presencia. 

Pero dejenme decirles que esto no es realmente voluntario, simplemente sucede.

Creo que todos tenemos a esa persona, la cual nos hace sentir las piernas de gelatina, alguien que, ya sea hombre o mujer, te hace sentir sumiso. 

Y no, no me refiero a tal cosa como algo malo. 

Ser sumiso puede causar cierto placer en las personas, tanto al que lo es, como al que termina siendo el dominante.

Sin embargo, puede ser desagradable cuando la persona a la que te estás entregando quiere hacerte daño.

Y sí, duele. 

Duele el saber que hay tantas personas en este mundo que es difícil saber quien puede hacerte hacerte llegar al cielo y quien puede arrastrarte de la mano hasta el mismísimo infierno. 

Pero... una vez escuché a alguien decir:

"Tu corazón puede llenarse de quemaduras, algunas más fuertes que otras, dolorosas sin duda, sin embargo, recuerda que al final del camino habrá alguien esperando por ti. 

Alguien listo para curar tus heridas con su alma, y entonces, el dolor desaparecerá".

Me pregunto.. ¿qué eres tú?

Hansol... ¿serás la persona que cure mis heridas o la que terminará por destrozar mi corazón antes de llegar a su dueño?

*Narra Hansol*

Deposité a SeungKwan en el sillón más grande que se encontraba en mi sala, con mero cuidado de no lastimar la herida de su pierna. 

  — ¿Quieres ver una película? — me acerqué con una gran sonrisa al centro de entretenimiento, abriendo uno de sus compartimientos — Tengo muchas, aunque la mayoría son de terror —formé una mueca de molestia — pero si no te gustan puedo ir a comprar una o.. pedirla a algún vecino...

Giré mi rostro a su dirección, notando como sonreía levemente pero sin decir palabra.

  — No te gustan, ¿cierto?— me puse un poco nervioso — N-no te preocupes, igual si no quieres puedo buscar alguna serie en netflix o poner vídeos en youtube de lo que gustes, no te sientas incomodo yo..

— Hablas mucho — Soltó con una sonrisa burlona.

 Mierda, es verdad, estoy muy nervioso. 

  — Lo siento — sonreí para él — ¿Película?— dije para resumir todo el cuento que acababa de decir.

—  ¿Tienes "La posesión de Verónica"?

Abrí mis ojos sorprendido— ¿no te da miedo?— negó con la cabeza —B-bien....

No pude evitar colocarme aún más nervioso de lo que ya estaba. 
Realmente no me agradaban mucho las películas de terror, por eso casi siempre evitaba el ver películas al lado de mi familia, parecía que ellos sólo conocían ese género. 

Busqué el disco que SeungKwan quería ver y la coloqué en el pequeño aparato, encendiendo la tele a la vez. 

  — ¿Estás bien? — me preguntó SeungKwan con una cara de confusión —pareces un poco... tenso. 

  — Perfectamente bien —fingí una sonrisa a lo que él me miró con un poco de pena.

  — ¿Seguro? Si te incomodo realmente puedo irme solo a mi casa no es..

  — ¡No! Todo está bien, perfectamente bien — dije al contestarle, aunque en realidad esas palabras eran más para mí, para darme ánimos.

Tomé el control de la TV y me senté al lado de SeungKwan, presionando algunos botones para que iniciara. 

Pasaron unos segundos hasta que...

"¡Ayuda! ¡Ayuda, por favor! ~~~ ¡Por favor! ¡Tienen que venir!" 

SeungKwan pausó la película repentinamente.

Fue hasta entonces que me di cuenta de que estaba sujetando el brazo de SeungKwan con fuerza, y él me miraba con burla en el rostro.

  — No puede ser —sonrió aún más —dime que no es cierto.

  — ¿Qué? —intenté sonar normal y solté su brazo.

  — ¿El gran Hansol Vernon le teme a las películas de terror? 

  — ¡No! ¡Claro que no! — puse una mano en mi pecho, indignado — Yo sólo te daba la mano por si tenías miedo.

Estiré mi mano nuevamente hacia él, ofreciendola.

La tomó después de unos cuantos segundos, ambos formando pequeñas sonrisas.

— Le pondré "play" — usó tono de advertencia.

— Adenlante.

 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

  — ¡Quitalo! ¡Quitalo! — Grité cuando la silueta negra salía debajo del colchón de Verónica.

  — ¡Eso intento! — contestó SeungKwan, peleando contra el control remoto, el cual al parecer se había quedado sin batería. 

  Lo golpeaba contra el sillón, contra su mano incluso, intentando hacer que el aparato reaccionara.

  — ¡Santa mierda! — grité de nuevo cuando en la película "Antoñito" desaparecía por la cocina.

  — ¡Puta madre, no sirve! — SeungKwan se paró sel sillón, agitado al ver como yo me había aventado a la parte trasera del sillón.

Alcancé a ver desde un lado, como corría hasta encontrar el enchufe de luz de la tele y lo desconectaba, dejando la sala en silencio.

Asomé mis ojos a través del sillón — ¿se acabó?

— Sí, se acabó — contestó con voz cansada.

Salí de mi escondite, recordando todas las escenas de drama que acababa de formar. 

Era inevitable el que mi rostro se pusiera totalmente rojo debido a la vergüenza.

  — Yo.. — busqué las palabras correctas para defenderme.

— ¿Qué pasó con tu valentía, señor macho? — se burló SeungKwan más calmado, regresando el ambiente cómodo que por un momento se había ido.

Solté una pequeña risa — ¡¿Yo?! Tú eras el que no soltaba mi brazo.

— Sí, porque apretabas demasiado mi mano y quería que me soltaras— contestó, igualmente con una risa un poco escandalosa.

Dios, hace mucho no escuchaba su risa.

— Ya, ya entendí, soy un cobarde, no le digas a nadie de esto o estaré acabado— me senté junto con él en el sillón, girando mi cuerpo para poder verle a los ojos.

 — ¿Te da miedo perder tu reputación de chico malo?—  sonrió.

  — Mmm.. Más que eso, debo mantenerla por otra razón.

— ¿Cuál? 

— De ahora en adelante voy protegerte— sonreí—y no podré hacerlo si todos se enteran de que "La posesión de Verónica" me hizo esconderme detrás de mi sillón.

  — ¿Vas a protegerme? — me miró asombrado, ignorando mi broma.

— Mmm... A ver... Sonríe — Me obedeció de inmediato, mostrando sus pequeños dientes — Sí, definitivamente lo haré. Quiero ver tu sonrisa más seguido — le dije sinceramente.

Ambos nos limitamos a sonreír, mirándonos a los ojos, hasta que  escuchamos como la puerta de mi casa era abierta.

You are my kitten. [Verkwan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora